A modo de preámbulo recordaré que el humor, siempre que se haga con los debidos respetos, es un mecanismo o estratagema que no está reñido con la seriedad y que es muy útil para enfrentarnos a la angustia y a la incertidumbre colectiva que reinan en algunos momentos de nuestra existencia a lo largo de la Historia.
*Respecto a lo de los test venidos de la China, que son defectuosos, me recuerda esto a una viñeta de “los tebeos” de mis mocedades, haciendo mención a la pu.. mili, en referencia a una partida de munición defectuosa: ¡Guasa y recochineo, encima que importamos balas nos las venden de fogueo!
*En referencia a la lluvia de críticas que le están cayendo a los que nos gobiernan, leyendo a don Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales -TRAFALGAL- es de aplicación esto que escribió:“Un hombre tonto no es capaz de hacer en ningún momento de su vida los disparates que hacen, a veces, las naciones dirigidas por centenares de talentos”.
En estos momentos que estamos viviendo de adversidad colectiva manifiesta, no está de más recordar a algunas mentes privilegiadas de no muy lejanos tiempos:
*En primer lugar, citaré a aquel poeta que por la Semana Santa decía “que el pueblo andaluz andaba buscando escaleras para subir a la Cruz…”: y que también nos dejó estos otros inolvidables versos que no pierden su actualidad nunca: “Todo pasa y todo llega/ y lo nuestro es pasar/ pasar…”; y él pasó la frontera en una situación colectiva adversa y allí se quedó a descansar eternamente, viendo surcar los caminos sobre las olas del mar.
*En segundo lugar, citaré resumidamente las palabras de otro gran hombre, precursor de los movimientos ecologistas de la actualidad, que hace pocos días pudimos escuchar por la “arradio”, que se pueden aplicar muy bien a la rabiosa actualidad del momento a nivel global del mundo mundial. Se llamaba Félix Rodríguez de la Fuente, el amigo de los animales y de la naturaleza: Cuando queremos hacer un puente y estar seguros de que no se nos caiga recurrimos a los Ingenieros de Caminos, que son los que técnicamente están preparados para ello; Cuando estamos enfermos vamos a que nos vea un médico, porque ellos son los que están doctorados para diagnosticarnos la enfermedad que padecemos y recetarnos el medicamento más idóneo para poder curarnos…etc. Sin embargo, dejamos en manos de los políticos el futuro de nuestros pueblos y naciones, sin que para ser político se le exija a nadie estar especializado o doctorado en ninguna disciplina científica… ¡Ahí quedan sus palabras y su ejemplo, para que las generaciones presentes y futuras las meditemos!
Observación. – Por la experiencia mundial y consuetudinaria sabemos que, en última instancia, cuando la humanidad se ha enfrentado a causas extrañas, llamadas también de “fuerza mayor”, desconocidas para la ciencia, se ha recurrido a implorar a los dioses del más allá su clemencia, por entender que era un castigo divino. Con el tiempo, cuando la ciencia consigue demostrar la causa del efecto devastador y su posible remedio a corto o largo plazo se desvanece la fe depositada en los dioses diversos que han poblado la mitología de todos los tiempos.
Pero, mientras tanto, la fe ha cumplido una misión muy importante, la de mantenernos en la ilusión de que la esperanza es lo último que debemos perder, sin menoscabo de tener confianza en la ciencia del momento. Las cosas de palacio van despacio y los daños que le provoquemos a la Naturaleza, tarde o temprano nos lo devolverán con creces, elevada a la enésima potencia. Oigan el audio de F. Rodríguez de la Fuente y comprobarán que sus palabras fueron certeras, como una profecía sin desperdicio. Posiblemente, se deba a que él sí que comulgó con la madre naturaleza desde su más tierna infancia.
E. Marco, cronista oficioso de Favanilla y defensor de causas y quimeras imposibles, siempre y cuando la decisión dependa en última instancia del voto de los políticos de turno.
Una conocida profesora de Ciencias Exactas cuyo nombre prefiere que siga en el anonimato, por temor a que pueda ser requerida por la clase política reinante para que intente descifrar el fin del Estado de Alarma y demás cifras funestas del coronavirus, me ha enviado este comentario:
El mayor inconveniente al que a lo largo de la Historia se ha enfrentado la comunidad científica, ha sido el de superar las tradiciones y las creencias religiosas de toda índole a nivel popular. No obstante, existe otro inconveniente mucho peor que el de las tradiciones y las creencias religiosas, que es el de tropezar con los políticos que no entienden de nada y pretenden, generalmente, justificarlo todo según sus intereses partidistas o particulares, convenciendo con su verborrea al pueblo llano y sencillo de que lo que ellos piensan y hacen es lo mejor para TODOS, en sustitución de aquel otro trasnochado lema de TODO POR LA PATRIA.
Un mal ejemplo fue el que protagonizó un conocido político en 2007 ante la pregunta que le hicieron para una cadena de TV: Su respuesta fue que tras haber consultado con varios expertos en meteorología, ninguno le aseguró al 100% el clima que iba a hacer al día siguiente; así es que no creía en absoluto lo que pudieran decir los expertos reunidos que pudiera pasar dentro de trescientos años.
Teniendo en cuenta que la Historia la componen las historias que nos contamos a nosotros mismos, es oportuno referir un proverbio árabe que dice así: El dinero es como el estiércol, que cuanto más lo acaparamos y guardamos más apesta; pero si lo esparcimos por la tierra, convenientemente, más abundantes serán las cosechas.
Sirva de reflexión este proverbio para los que defienden la economía liberal y global de privatizar en vez de nacionalizar, sobre todo en los servicios básicos como es el de la SANIDAD, que en el caso que nos ocupa de la batalla contra el coronavirus es todo un ejemplo del mal ejemplo.