Acabo de tomar un cabreo MAYÚSCULO, más que cuando pusieron en el blasón que hay en el piso del suelo de Los Porches del Ayuntamiento abanillero, una cabra con gafas, presuntamente de la raza murciano-granadina, en sustitución del vellocino que cuelga del Toisón de Oro, que llegó a España de manos de Felipe El Hermoso (no confundir con Felipe el del mármol), consorte de doña Juana La Loca, de la casa de Los Austrias; y, de paso, recordar que un conocido concejal muy popular de aquella memorable corporación, que aprobó por unanimidad del pleno al 13 la consiguiente bandera pendonera argumentó, cargado de su sinrazón indocumentada, que «dicho Toisón nos pertenece desde el reinado de Jaime II… porque nos habían traído del Archivo de la Corona de Aragón la copia de un legajo que lo corrobora, que está colocado en un cuadro en el Ayuntamiento…!». ¡Burreras, que habéis pasado por su lado y no os habéis enterado! (esto último lo debió pensar o decir en voz baja, porque el secretario no lo hizo constar en acta). Los que sí habían leído he interpretado el referido legajo acorde con la historia del reino de Aragón, pensaron en silencio profundo y cuasi sepulcral que este concejal, presuntamente, tiene una «laguna mental» con una profundidad topográfica comparable al pico más alto del Archipiélago Canario.
El motivo de mi cabreo, está en esta publicación, cuyo enlace para poderla leer y guardar, sin costo alguno (ídem al libro de Los Santos Patronos de la Región de Murcia), es este: https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/91835/1/El-agua-a-lo-largo-de-la-historia-en-la-Region-de-Murcia.pdf
Craso error el que los pueblos no tengan cronistas oficiales, pues pierden las ocasiones de figurar en este tipo de publicaciones y el de elevar a sus poblaciones algún peldaño más a nivel cultural en los Congresos que se convocan, que suelen ser de más importancia socio-cultural que los de la UNDEF, aunque cada uno es necesario en su especialidad, y si es en los dos sitios mejor, porque suelen llegar a complementarse para la promoción turística, gastronómica, festero- religiosa, deportiva y expedicionaria de rutas y senderismos varios, que están por venir y del «porvenir», pues no hace falta ser un adivino para prever que en este mundo globalizado la necesidad de estar presentes en cuantos más foros mejor, incluso en los del cambio climático; y esto va por los vertederos incontrolados y salvajes, gestionados por desaprensivos asalvajados, que tanto rentan y reúntan a la volatería gerifaltil chupandanguera y cía de adjuntos que vuelan sin ser detectados por los drones justicieros, aquí, allí y hasta en el País Vasco, Galicia, Andalucía, anda la mierda, Cataluña, País Valenciá, reino de Murcia con su sopa verde, y un muy largo etc., a nivel nacional.
La consecuencia de que el río Chícamo y la Huerta de Abanilla, Sahués, el Olivar, el Paúl, Mafraque, el Salao, el Aljezar, etc., y los modernos riegos del postransvase no figuren en esta publicación de la historia del agua en la Región de Murcia, se debe a la ausencia de cronistas oficiales.
En el libro que lleva por título «LOS REGADÍOS MEDIEVALES Y SU EVOLUCIÓN HISTÓRICA EN EL BAJO SEGURA», redactado y registrado en 2009, impreso en 2014, editado por el Patronato histórico-artístico de la ciudad de Orihuela (fundación inherente a la Comunidad Valenciana), E. Marco, cronista oficioso de Favanilla colaboró como coautor. Fue presentado en el Primer Congreso Internacional de Riegos Históricos celebrado en septiembre de 2014, en la Universidad Politécnica de Valencia (al que asistió y fue homenajeado el profesor Thomas F. Glick, destacado hispanista estudioso de los regadíos Medievales de Al-Ándalus, profesor de la Universidad de Boston- Massachusetts-USA), siendo E. Marco el ponente de la comunicación que lleva por título: «REDES DE REGADÍO URBANAS Y RURALES DEL BAJO SEGURA EN ÉPOCA ANDALUSÍ. LOS CASOS DEL SEGURA Y EL CHÍCAMO», con una extensión de 20 páginas, accesible por Internet https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/85148/152-432-3-PB.pdf?sequence=1&isAllowed=y
La citada comunicación es un resumen del libro antes mencionado, elaborada para la presentación multimedia, con sus correspondientes ilustraciones, según las bases elaboradas por el comité organizador. Dicho libro tiene una extensión de 310 páginas tamaño DIN-A4, de las cuales un tercio están dedicadas al Chícamo y a Abanilla; y un 80% de las fotos e ilustraciones pertenecen al río-rambla El Chícamo, que es el principal afluente del Segura en la Vega Baja. Todavía no está accesible por Internet, por aquello de que las cosas de la cultura van con cierta «retrasaura», en la Comunidad Valenciana y en algunas otras más, por falta de abono y agua, consecuencia de la pertinaz sequía y la baja pluviometría… de entendimiento. Por tanto, me ha quedado la satisfacción personal de haber colaborado en la difusión de la memoria histórica de El Chícamo y de Abanilla (Favanilla) a nivel internacional, sufragando los gastos de mi peculio, pero con la pena, penita, pena, de no poderlo haber realizado también a nivel Regional de la Comunidad Autónoma a la que administrativamente pertenecemos, aunque a nivel socio-cultural y económico, desde el Medievo hemos estado más ligados a Orihuela y la Vega Baja que a Murcia.
NOTA.- A algunos cronistas oficiosos e historiadores de fin de semana, con o sin licenciatura académica, se les permitió publicar sus trabajos en el libro de LOS SANTOS PATRONOS DE LA REGIÓN DE MURCIA https://drive.google.com/file/d/0ByHJm8yZNGfcaFVXYzFDZS0takU/edit
Pero tras requerir a los Ayuntamientos que nombraran cronista oficial, a los que han pasado del tema ya no se lo permiten, porque la paciencia tiene un límite; y porque estos nombramientos oficiales son a título honorífico y no tienen más gastos inherentes que el de los desplazamientos y las dietas para el ejercicio del cargo en la asistencia a reuniones y congresos.
Y como el choteo de la pendonería todavía está rulando, sobre el asunto de la reforma del escudo y la bandera actuales, puedo decir, y digo, que para dicha comisión fui nombrado por el IUMA y me correspondió por la edad presidirla, pero que este asunto ya no es competencia de dicha «comisión» (a la que algunos bordecicos de cáscara amarga la llaman la comisión de vecinos ilustrados, y otros, la comisión fallera, porque intuyen que esto va a terminar siendo un intento fallido), por lo que considero que los componentes de la misma ya estamos fuera de servicio y exentos de las obligaciones inherentes al tema, dado que el entuerto o embrollo siguió y está retenido en una de sus fases del procedimiento administrativo (resolución de las alegaciones), por lo que ya no es competencia de «la comisión», sino de que la actual corporación municipal le dé al botón de «continuar».
Me parece oportuno recordar, que lo de estudiar la modificación de los actuales símbolos municipales fue un acuerdo tomado por mayoría simple de la anterior corporación; y que «la comisión», sus componentes, fueron nombrados por los grupos municipales IUMA y PSOE, a partes iguales, excepto el PP, que renunció a participar. Hay «bordesicos» que dicen, incluso lo han manifestado por escrito, cuyo nombre omito, porque está bajo el secreto del sumario (del suma y sigue aparentando), que la citada comisión no resulta muy legal y democrática en estos tiempos, porque para formarla lo lógico hubiera sido que dictara un bando la Alcaldía, para que los vecinos que quisieran participar en ella presentaran su historial, para ser admitidos… poniendo en duda de que los que fueron nombrados (a su entender, a dedo por los grupos políticos municipales), no estén lo suficientemente ilustrados y en entredicho sus licenciaturas: porque cuatro ojos ven más que dos; y por la ley del cuanti más mejor… y porque si quieres que algo se eternice y no funcione… nombra una comisión para que lo solucione… etc. Algunos de los que han presentado alegaciones en plazo y forma, van divulgando oficiosamente que como no les dan respuesta oficial a sus alegaciones es porque llevan razón y por silencio administrativo son admitidas, habiendo conseguido detener el proceso y mandarlo a la papelera, vía del vertedero incontrolado más próximo, para su destrucción lixiviada.
Respecto a lo de los cronistas oficiales debo hacer la siguiente puntualización: Dichos cargos honoríficos son sin remuneración económica, por lo que no pueden estar sometidos a los criterios y a la censura y el gusto de los que mandan, sino que deben actuar sin ataduras ni ligaduras partidistas, con la única misión de servir a la memoria histórica documentada, sin necesidad de ser adobada. Algunos cronistas oficiales han tenido que dejar el cargo «voluntariamente», presuntamente atosigados por los intereses partidistas o particulares de los mandamases, que en algunas cuestiones de la memoria histórica local, creen que pueden salir malparados en su buena honra e imagen. Por tanto, mientras los símbolos heráldicos municipales de Abanilla sean los que están presentes de nuestra faz, puedo seguir diciendo, comentando y escribiendo, aunque sea a nivel oficioso, que la actual bandera aprobada por el pleno al 13 en 1996, por muy oficial y legal que haya sido aprobada y publicada en el BORM, en febrero de 1999 (en virtud de la Legislación Autonómica vigente), que es «pendonera»; y en esto me apoya el diccionario de la RAL y lo corrobora la normativa castrense. También diré que el actual escudo municipal contiene las armas reales de Felipe II, de la época histórica en que ostentó la corona de lo que se llamó «LA UNIÓN IBÉRICA» (1581-1668; en el que Felipe II y sus descendientes -Los Austrias- fueron reyes de España y Portugal), aunque con algunas alteraciones bastardas que en 1996 se le hicieron indebidamente; que en Abanilla se emplea este escudo real desde principio del s. XX, indebidamente, sin permiso de la Casa Real ni aprobación de la Real Academia de la Historia. Y si algún ilustrado me puede demostrar lo contrario, documentadamente, pues tendré el honor y la satisfacción de retractarme pública y notoriamente. También puedo decir y digo, que digo, digo, que no Diego, que puedo mostrar legajos (actualmente accesibles por Internet, en el Proyecto Carmesí, del Archivo Histórico de la Región de Murcia), que la histórica bandera de las milicias concejiles de Abanilla en el siglo XVI, era verde y azul con la cruz de Calatrava en rojo, según varias actas concejiles de 1570 a 1575, redactadas por cuatro escribanos distintos.
E. Marco en Uclés con un banderín de Felipe II
OBSERVACIÓN.- El libro que lleva por título «LOS REGADÍOS MEDIEVALES Y SU EVOLUCIÓN HISTÓRICA EN EL BAJO SEGURA», cuya edición impresa fue de mil ejemplares está agotado y no es un libro comercial, sino que las entidades patrocinadoras: los Ayuntamientos de Orihuela, Albatera, Benferri, Cox, Redován y Rojales; el Museo Arqueológico Comarcal de Orihuela- MARQUO-; y los Juzgados Privativos de Aguas de Callosa del Segura y de Orihuela, se repartieron dicha publicación, aportando el importe de su costo. El Ayuntamiento de Abanilla no pudo colaborar, porque en su presupuesto de 2014 solamente dedicó en la partida de cultura y deportes UN EURO, lo cual se puede comprobar accediendo a su web por Internet, si todavía no se ha comido algún coronavirus informático el acta donde se aprobó y detalló en referido presupuesto de 2014. No obstante, también se le proporcionó ejemplares a los autores y a los colaboradores del comité de redacción. El Ayuntamiento de Cox repartió los ejemplares que le pertenecieron como entidad patrocinadora a los asistentes al acto de la presentación, que se realizó en dicha población, de lo que pueden dar fe algunos abanilleros y abanilleras que asistieron. También se les ha proporcionado ejemplares a las bibliotecas de las Universidades de la Región de Murcia y de la provincia de Alicante, Escuelas de FP e Institutos de Grado Medio de la rama Agrícola, así como a las bibliotecas municipales de Abanilla y de Fortuna; y a las Universidades Politécnicas de Cartagena y Valencia.
E. Marco, cronista oficioso de Favanilla
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