Recientemente ha llegado a nuestra parroquia de san José una reliquia de san Pascual Baylón, del que la religiosidad popular cree que lo de “baylón” es porque le gustaba bailar, con lo cual lo suelen llevar en procesión bailándole el trono, a ritmo de música bailable. El apellido Baylón procede de tierras castellano-aragonesas, pues este santo nació en un pueblo fronterizo entre los reinos de Castilla y Aragón, llamado Torre Hermosa, donde su familia se dedicaba a pasturar ovejas, oficio que él desarrolló desde los 7 a los 24 años. La llegada de esta reliquia a Abanilla ha sido por una donación de Pascual Egea Martínez, natural de Lo Pagán y estudiante de la Facultad de Teología en La Merced, que gracias a las redes sociales, contactó Manolo Martínez Pérez, porque tenía interés en tener un pin de las fiestas y hablando, le informó que había conseguido una reliquia de sus huesos y que tenía entendido de que en nuestra villa existe una gran devoción a este humilde santo pastor, con ermitas dedicadas a él, del que popularmente se dice que pastoreaba ovejas en Abanilla antes de hacerse fraile en Orito (Monforte del Cid). El relicario se encuentra instalado en una hornacina existente entre la capilla de Las Ánimas y la Soledad, pues fue la ubicación elegida por el anterior párroco don Emilio Andrés Sánchez Espín, en el lugar en el que hasta 1996 estaba instalado el cepillo de los donativos para la Santa Cruz.
Haciendo un breve bosquejo con los datos históricos que hasta ahora tenemos, es posible que el dicho de que san Pascual pastoreaba ovejas en el término de Abanilla no sea una leyenda peregrina, dado que todavía existe en la Zona Alta de nuestro término municipal los restos de unas bodegas y eremitorios, con su ermita, que ha sido recientemente restaurada , en el conocido paraje llamado “La Casa de los Frailes”, en la carretera a la Zarza, Los Gabrieles y la Cañada del Trigo, en el término de Jumilla. Y dado que esta Casa de los Frailes data, al menos, del s. XV, que era de la Orden Dominica, por donde tuvo que pasar san Vicente Ferrer en 1411, cuando vino al reino de Murcia a predicar y bautizar a los mudéjares entrando, según está documentado por los historiadores, por Abanilla y Fortuna, concluyendo en Lorca, que era la frontera con el reino de Granada, pues el camino más corto entre el reino de Aragón y Murcia discurría por nuestro término municipal, por el “CHICANO” [1].
San Pascual Baylón nació en 1540, antes de que en Orito (Monforte del Cid) hiciesen el convento (1562-1607), por lo que es muy posible que estuviese de pastor en La Casa de los Frailes [2], pasando después a Orito, donde tomaría los hábitos, a la edad de 28 años, en la Orden Franciscana. Es bastante improbable suponer que desde Orito viniese a la Zona Alta de Abanilla a pastorear los rebaños de dicho convento, porque cada convento tenía su jurisdicción de herbajes. Uno de los significativos hechos de este santo, aparte de su devoción y amor a la Sagrada Eucaristía, que alcanzó la santidad en 1690, fue que junto con el beato Andrés Hibernón Real, también de la Orden Franciscana, estando ambos en Gandía, en tiempos del duque san Francisco de Borja, emprendieron una reforma en la Orden Franciscana.
El beato Andrés Hibernón, cuya beatificación ocurrió en 1791, actualmente patrono de Alcantarilla, era hijo de un cartagenero y su madre era de Cuenca, hermana de un canónigo de la catedral de Murcia. Residía el matrimonio en Alcantarilla, pero cuando se acercó la hora del parto se trasladaron a Murcia, a casa de su hermano el canónico, por lo que Andrés nació en Murcia, en el año 1534, y fue bautizado en la catedral. Una calle en Alcantarilla, una plaza en Murcia (cercana a la plaza de Santo Domingo) y otra plaza en La Palma-Cartagena, llevan el nombre del beato Andrés Hibernón. En la ciudad de Gandía existe una gran devoción a este beato, porque allí murió en 1602 y fue enterrado. Sus reliquias han sido profanadas en tiempos pasados y las que se han podido recuperar están distribuidas entre Gandía, Alcantarilla y la catedral de Murcia. En Gandía tiene dedicada una iglesia, con su imagen, que sacan en solemne procesión, con La Virgen. Últimamente han colocado una estatua de bronce en una de sus calles, a nivel del suelo. He tenido la ocasión de estar en Gandía y los guías turísticos dicen que este beato es natural de allí y al hacerle la contra de que era murciano no se lo creen, hasta que no lo consultan por Internet. Igualmente se puede consultar la vida de san Pascual Bylón, con amplia profusión de fechas y demás datos y efemérides sobre su humilde vida, base por la que goza de tanta devoción en el ámbito rural del pueblo llano y sencillo.
En mis investigaciones llevadas a cabo en la Real Academia de la Historia, en Madrid, en septiembre de 2002, localicé este legajo referente a un largo contencioso interpuesto y mantenido por nuestro concejo con la Orden de Calatrava. Su referencia es: 9/3757, legajo 8. Se trata de un documento impreso en 1774, perteneciente a la biblioteca del murciano José Pío Tejera, al que se le considera el fundador del Archivo Histórico de Murcia. Este legajo, como se puede apreciar, lleva en su parte superior una estampa pegada de san Pascual Bailón, que me extrañó eso de que estuviera «pegada» al documento impreso, por lo que hablé con el bibliotecario, quien me confirmó, tras verlo con la lupa, de que estaba pegada, por las arrugas que hacen los pegamentos disueltos en agua alrededor del papel que se pega. Entre los comentarios que hicimos me dijo que el pegarle la estampa de este santo pudiera deberse a que san Pascual fuese el patrono de Abanilla, o que el concejo se encomendaría a él para su intercesión en el proceso en cuestión. Por tanto, aquí hago las consideraciones oportunas, aunque no hemos encontrado ninguna referencia de que en el siglo XVIII, anteriores y posteriores, san Pascual ejerciera su patronazgo en Abanilla, ni que tuviese ninguna ermita dedicada a su advocación hasta mediado el siglo XX, quedando la remota posibilidad de que la ermita de la Casa de los Frailes estuviese a su advocación, cuestión que está pendiente y difícil de dilucidar.
Consideraciones sobre la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, que está en nuestro templo parroquial.
Para la posible aclaración de algunos mal entendidos, cabe hacer unas cuantas consideraciones históricas al respecto, a fin de tratar de que en escritos y crónicas se produzcan el menor tipo de creiques, penseques y datos que pueden no ser ciertos por no estar contrastados documentalmente: La imagen fue adquirida por la cofradía de los Auroros, en la década de 1940. Se desconoce con certeza quien es su autor, aunque existe la sospecha de que vino de Valencia y pudiera ser del mismo escultor que hizo la imagen de Ntra. Sra. del Remedio, que está en La Parroquia, paraje de La Matanza, término de Orihuela que, por documentos, se sabe que la hizo el escultor valenciano Francisco Teruel Francés, en escayola. Se supone que la imagen nuestra es una talla de madera, sin que hasta ahora se hayan realizado catas e indagaciones por expertos cualificados en arte que lo puedan corroborar. Se dice que la imagen vino de cuerpo entero, pero como pesaba mucho para sacarla en procesión, le encargaron al escultor José Sánchez Lozano que la aligerara, por lo que procedió a cortarla por la cintura, colocándole unos listones que la sujetan a la base y, presuntamente, la parte inferior que le cortó la aprovecharía para hacer otra imagen, porque este escultor solía reciclar hasta las virutas y los posos del café, según comentaban algunos que le conocieron personalmente. En la parte inferior que él reutilizaría, como es de costumbre figuraría el nombre del escultor, que él quitaría y pondría el suyo a la nueva imagen. Se dice que por este trabajo cobró 100 Ptas. Y como hace ya 70 años de esta operación de aligeramiento de peso, convendría revisar la estabilidad y consistencia de los listones que le puso J. Sánchez Lozano, por técnicos competentes, no vaya a suceder como en Santomera, que se rompió la imagen durante la procesión. Y aprovechando esta revisión, de paso, se podría encargar que escudriñaran la imagen, para determinar si es de talla de madera o de escayola, o de la combinación de ambas materiales, con el consiguiente estudio para determinar su posible autoría. Cuando se estaba redactando el libro de la historia de nuestra parroquia, ante las dudas surgidas al respecto, el párroco don Manuel Gil comentó en “petit comité” el que dicha imagen pudiera ser del escultor valenciano José Capuz (que no Caput, como han puesto en ciertas crónicas y escritos). A nivel particular, los que nos interesamos en estos embrollos y entuertos hemos contactado con algunos expertos en arte, conocedores de la obra de José Capuz, que han indagado en su inventario y en su estilo, sin que se atrevan a confirmarlo, sino todo lo contrario. Por consiguiente, debemos ser cautos en nuestras crónicas ante ciertas afirmaciones que creemos que nos benefician, por ser personas famosas, pero que a la larga puede que nos tomen por chovinistas o de la ley del cuantimás. A mi entender, lo mejor sería decir que la imagen es, de momento, de autor desconocido, omitiendo incluso citar el que, presuntamente, pueda ser de Capuz, que no Caput.
E. Marco, en calidad de cronista oficioso de Favanella.
[1] Para mayor ilustración véase el escrito: CONSIDERACIONES SOBRE EL NOMBRE DEL PARAJE DEL CHÍCAMO, en esta Web.
[2] Respecto a este convento de “La Casa de Los Frailes”, hay que reseñar que fue desamortizado a mediado del s. XIX, siendo ministro de Hacienda Pascual Madoz Ibáñez (el del diccionario geográfico y estadístico), pasando a manos privadas, la familia murciana de los de la Cierva-Codorniú, que lo fueron vendiendo a trozos posteriormente. Los legajos y documentos existente allí, tras la desamortización pasaron al convento de los Dominicos de Murcia y, posiblemente, en 1936 fueran reducidos a cenizas o anden actualmente en paradero desconocido o en manos de particulares.