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APUNTES Y REFERENCIAS SOBRE SANTA ANA, SAN JOAQUÍN Y LA BATALLA DE SANTA ANA


En 1921 hay referencia del traslado de santa Ana el día 2, desde su ermita al templo de san José. En 1945 se refiere otra vez el traslado solamente de Santa Ana, pero no de san Joaquín. Ya en 1947 sí, de santa Ana y san Joaquín. El reportaje cinematográfico de 1947 (pseudo NODO), sí recoge a los Santos Abuelos en la romería.

La actual imagen de la Abuela Santa Ana fue adquirida en la década de 1940. Es de escayola, posiblemente fabricada en Olot. La encargó y pagó José Marco Riquelme, propietario del famoso molino de la cal, en el paraje de Santa Ana. Presuntamente no existe justificación documental de la adquisición, al menos que se lo mostraran al cura D. Manuel Gil, cuando la redacción del libro de la historia de la parroquia. Esta familia se encargaba de organizar la fiesta y del cuidado de la imagen, pero por razones personales (disgregación de la familia a otros lugares y cierre de la actividad industrial), dejaron de hacerlo. Hubo algunos años sin actividad festera el 26 de julio, hasta que Vicente “El Conde” (cuyo padre ostentaba el arrendamiento y la distribución del agua del aljibe, y vivía “in situ” en la cueva donde está el grifo del agua), quiso hacerse cargo de la Abuela y promocionar su festividad. Actualmente, su hijo Juan José “El Conde” ha asumido las funciones de su padre, que financia los gastos que se originan con las donaciones que le dan. Existen comentarios a nivel particular y familiar, que para la adquisición de esta imagen, algunos abanilleros le dieron dinero a José el del molino de la cal.

Procesión de Santa Ana y San Joaquín, el 26 de julio de 2014

Respecto a S. Joaquín, antes de la década de 1940 no había dicho santo en la ermita de Santa Ana. El actual lo adquirió Antonio Ruiz «El Mocho», en 1942, pero lo tenía en su casa. En 1945 hizo el altar para colocarlo en Santa Ana, pero sólo lo llevaba el 26 de julio, aunque no lo sacaba en la procesión; y después se lo volvía a llevar a su casa, porque la ermita tenía goteras. Tras el arreglo de Santa Ana en 1986, fue cuando Margarita «La Mocha» lo dejó allí. En la foto de la década de 1950, el 3 de mayo, a San Joaquín lo llevaban de su casa a la iglesia y lo ponían en un trono que se utilizaba para varios santos. Al regreso lo dejaban en Santa Ana y días después se lo llevaban a su casa. Restaurada y pintada interiormente la ermita de Santa Ana, Margarita encargó que le hicieran la hornacina acristalada. Lo de sacarlo conjuntamente en el mismo trono con Santa Ana es demasiado reciente, desde que surgió y se aprobó la idea de sacarlos el 14 de septiembre. (Ver anexo 1).

La ermita de santa Ana se erigió a finales del s. XVI, sobre los restos del castillo musulmán que en dicho lugar existió, posiblemente del s. XII. Hay indicios de que en dicho castillo había vigilantes para guardar Sahués, la Huerta y el Olivar, de robos y destrozos vandálicos, así como para pernocta y control de los que les tocaba regar por la noche.

La puesta en escena de la leyenda de «La Batalla de Santa Ana», filmada en el documental de 1947, se refiere en los programas de la década de 1940 y 1950. En el programa de 1953, Antonio Aguilera Bernabé (ver su biografía en Internet), escribió un detallado artículo en el que, influenciado por el nacional catolicismo reinante, basado en las tradiciones imperantes, elevó al rango de historia local esta efeméride.

En el año 1957 se suprimió el llevar en la romería a los Santos Abuelos, presuntamente porque no se sabía documentadamente el porqué de dicha tradición; y porque ya hacía unos años que no se realizaba la batalla de Santa Ana. Esto no fue por «los carros del botellón», pues el botellón de los carros se inició a partir de 1974, por algunas personas de los grupos festeros de Muzalé, Jaira y Calatrava, desmadrándose de tal manera que hasta ahora es imposible de quitar y complicado de controlar; porque el desmadre del botellón festero está extendido en cualquier fiesta popular, incluso de carácter religioso, a nivel local, nacional e internacional. Y este criterio no es de mi cosecha, sino de acreditados antropológicos como Manuel Mandianes y otros.

El programa de fiestas de 1926, refiere que la Abuela Santa Ana estaba en la ermita de san Sebastián y san Roque (san Antón). Esto fue debido a que la ermita de santa Ana estaba en estado ruinoso, con el tejado hundido. Fue el cura D. Antonio Sánchez González, destinado en Abanilla desde 1927 a 1932 (ver página 186 del libro de la Historia de la Parroquia), quien a instancia de los feligreses se encargó de dirigir la reconstrucción de la ermita de santa Ana. En este quehacer también colaboró el cura abanillero D. Antonio Salar Ruiz, destinado en La Cañada del Trigo-Jumilla. La última misa en la ermita de santa Ana se hizo con el cura colocado de espaldas a los fieles, antes de ponerse en práctica la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Y la primera misa allí celebrada en este s. XXI se ha realizado hace pocos años, por D. Ángel Soler, con un altar portátil de quitar y poner adaptado al lugar, en una boda que así la propusieron y organizaron los contrayentes: Rafael y Mª Teresa, el sábado 30 de septiembre de 2017.

Otras observaciones.- En la citada «batalla de santa Ana», los capitanes de las tropas mora y cristiana no eran los capitanes de la Santa Cruz (los de la subasta de la Hermandad), sino otros nombrados entre los participantes de ambos bandos. Esto lo escribí en un artículo del programa de fiestas, con testimonios de José Alonso Gutiérrez (el padre de Nito) y Vicente Riquelme Sánchez (el Conde). Pepe el del Ciego de Dionisia también ha escrito y dicho que el capitán del bando moro fue un familiar suyo, que por eso tenía el apodo de «los Morunos»; y que esto era debido a que para ser capitanes del bando cristiano, había disputas, pero del moro no.

La primera vez que salieron en el mismo trono Santa Ana y San Joaquín fue en septiembre de 2014, el año de la rememoración de la batalla de Santa Ana.

La bandera blanca con la cruz de san Andrés en rojo vino a España de manos de Felipe el Hermoso (casado con doña Juana la Loca y padre de Carlos I de España y V de Alemania) como distintivo de su familia el ducado de Borgoña. Se empleó como bandera del Ejército en Los Tercios de Flandes desde el s. XVI, durante el reinado de la Casa de Austria, hasta Carlos II el Hechizado. Felipe V (de la casa de Borbón), tras la guerra de Sucesión reformó el Ejército y suprimió esta insignia…, que con Carlos III se estableció la roja y amarilla.

Bandera con la cruz de Borgoña o de San Andrés

Es innecesario poner la Abuela Santa Ana con la Virgen Niña, pues en toda la imaginería existente a nivel mundial la Abuela Santa Ana se representa con la Virgen Niña. La información de esta fiesta, llamada apócrifa, está en la página 200 del libro ISBN 84-414-0656-1. editado en 1999, titulado FIESTAS SAGRADAS, autor Jesús Callejo. Editorial EDAF S. A.

Los datos y referencias de los programas anteriores a la década de 1970, me los ha facilitado Gabriel Esteve; y en el tema de la historia de la imagen de San Joaquín, me los ha proporcionado Margarita «la Mocha», que es la que tiene a nivel familiar el cargo de esta imagen.

Por tanto, en el antiguo Km 18 (actualmente el 4´5 de la RM-412), al pie de la loma de SANTA ANA, en la carretera, se rueda la bandera al regresar la romería del 3 de mayo. En las décadas de 1940 y finales de la de 1950, el 3 de mayo se realizaba en esta loma un simulacro de batalla entre la soldadesca dividida en dos bandos: el moro y el cristiano. Los moros secuestraban a los Santos Abuelos, hasta que en Mahoya eran vencidos por los cristianos, convertidos y bautizados. En 1956 ya no se realizaba este simulacro guerrero, por lo que en 1957 se suprimió llevar a san Joaquín y santa Ana en la romería.

Como recuerdo histórico de la citada efeméride, que no se sabe exactamente cuándo comenzó a realizarse, actualmente en Mahoya y en este lugar ruedan la bandera los capitanes de la Santa Cruz el 3 de mayo: en Mahoya al llegar como triunfo de los cristianos; y en la carretera de Santa Ana al retorno de la romería. Este rodaje es peculiar en cada población: Aquí se realiza con una rodilla en tierra, con vueltas en ascendente y descendente, invirtiendo el sentido de giro. La bandera es blanca con la cruz de san Andrés en rojo, correspondiente a los Tercios de Flandes desde el S. XVI.

Anexo 1.- La Abuela Santa Ana que hubo en su ermita hasta 1936, dicen que fue una talla de madera policromada, de pequeño tamaño, porque el ermitaño que había, tenía como una de sus misiones el llevarla en una hornacina a las casas y lugares que lo solicitaban, donde le daban donativos en metálico y en especie. Por tanto, el llevarla con la Santa Cruz en la romería era un trabajo liviano, sin necesidad de trono. Quizá el último ermitaño en la década de 1930 fuera el padre de José Cortés Marco (Pepe el «Perfuo», que ejerció de tambor de los capitanes mientras pudo). Su madre era hermana del cura D. Diego Marco Nicolás (Pina) y de Luis M. N. (Pina), que fue sacristán desde antes de 1936, hasta 1946. En la página 92 del libro Abanilla. Historia de su parroquia, hay una descripción del «ermitaño de Santa Ana en el s. XVIII», pero no hemos encontrado, hasta ahora, ninguna más. 

Redacción.-E. Marco

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Comentarios a los actos del 14 de septiembre de 2014


Tras las experiencias piloto habidas el pasado 14-09-2014, con el fin de recuperar el tradicional acto del acompañamiento de los Santos Abuelos a la Santa Cruz y la batalla en Santa Ana, tras 67 años de asueto, así como la innovación de la teatralización “in situ” de la leyenda de la pérdida de una cruz que era como el remate del asta de una bandera, que unos soldados que acamparon junto a la “cieca” se dejaron olvidada y su posterior encuentro casual por los regaores, quiero hacer las siguientes consideraciones:

1ª.- Que en el año 1957, el 19 de marzo se acordó suprimir el que san Joaquín y santa Ana acompañaran a la santa Cruz, el 3 de mayo, como se venía haciendo “tradicionalmente”. Por ello, hace 57 años que los santos Abuelos no acompañaban a la reliquia del Lignum Crucis en que murió su nieto Jesucristo. Dicha “tradición” de acompañarlo se pierde en la memoria histórica local, aunque se ha podido constatar que, al menos, la santa Abuela lo hacía desde antes de 1936 y san Joaquín desde que llegó, en 1942.

2ª.- Que se desconoce, de momento, a santo de qué y desde cuándo, así como el porqué de este tradicional acompañamiento, aunque se intuye parcialmente, por lo que consta en algunos legajos testamentarios, que presuntamente pudiera proceder del siglo XVII al XVIII, aunque en el diccionario de Pascual Madoz (mitad del siglo XIX), no se cita a los santos Abuelos.

3ª.- Que la primitiva ermita de Mahoya pudiera haber estado a la advocación de santa Ana, o que su imagen estuviese allí durante algún tiempo.

4ª.- Que en la década de 1920, la ermita de la Abuela estuvo en estado ruinoso, incluso en otros tiempos más pretéritos, por lo que su imagen se trasladó a “La Ermita” (de san Sebastián, san Roque y san Antón) o en la de Mahoya, hasta que el cura don Antonio Sánchez González (1927-1932) promovió su restauración y la puso en servicio, retornando su titular.

5ª.- El suprimir a partir de 1957 el acompañamiento el 3 de mayo de los santos Abuelos, pudo deberse a que se desconocía el porqué, además de considerar que se estaba haciendo pesada la romería, porque por la tarde volvían a salir Los Capitanes a rodar la bandera; y en 1960 se suprimió la salida por la tarde de los Capitanes, pasando dicho acto a la mañana del día 4 de mayo. Esto consta en el acta del 19-03-1957: Haciéndose eco del comentario de paisanos y forasteros, expone la anomalía de traer el día 4 de Mayo las imágenes de San Joaquín y Santa Ana desde su Santuario a la Parroquia, para acompañar en Procesión a la Santísima Cruz, sin que exista ninguna razón para ello, ya que en su día y en dicho Santuario de Santa Ana se celebra la fiesta típica que cada año tiene mayor esplendor. Esta Procesión deslucida por falta de público, hasta el extremo de que los músicos han de cargar con los tronos, no se puede tolerar y la prohibirían las autoridades eclesiásticas y con el fin de evitar esto y tras un pequeño debate se acuerda por unanimidad dejar de traer dichas imágenes y por consiguiente centrar toda la atención del día 3 de Mayo hacia nuestra Santísima Cruz.

6ª.- De otra parte, a propuesta del actual cura, don Emilio, de teatralizar la leyenda del encuentro de la Santa Cruz por los regaores, junto a la “cieca”, con motivo de la celebración del 75 aniversario de la traída del actual Lignum Crucis, se ha visto conveniente realizarlo, porque una imagen, aunque sea en el cine o en el teatro, instruye más que las palabras. El resultado ha sido que “teatralmente” se ha cometido un anacronismo, pues se habla de que dicha pérdida u olvido de la cruz pudo suceder en la Edad Media y, sin embargo, los actores de su encuentro casual (los regaores) llevaban vestimentas de principio del siglo XX, como los cuadros que hay en la ermita de Mahoya. Pero como no se trata de una teatralización documentada históricamente, sino de una leyenda, en que tanto la fecha de su pérdida u olvido, así como la de su encuentro casual no están fidedignamente documentadas, se supone que pudo suceder así: que la perdieran en la Edad Media y se la encontraran a finales del siglo XIX o principio del XX. Por tanto, podemos seguir representándolo así, mientras no se demuestre lo contrario, aunque lo más coherente sería que los regaores que la encuentran fuesen vestidos con zaragüelles y montera, tal como está representado en el cuadro que pintó Salvador Riquelme Sánchez, actualmente colocado en el coro de la iglesia parroquial.

7ª.- Que si la Asamblea de la Hermandad acuerda continuar en lo sucesivo con estos actos, como todo es mejorable, y al éxito por la práctica, habrá que ir organizando mejor lo de las batallas en Santa Ana y Mahoya, dado que esta última no se pudo llevar a cabo por lo avanzado de la hora, lo cual se subsanaría con iniciar la procesión, que no romería, en vez de a las 9h, a las 8´30h, que el sol ya empieza su salida.

8ª.- Que tras la batalla en Mahoya y la rendición del Moro se lleve a cabo el bautizo y la conversión del mismo, primero con el texto abreviado que se empleaba en el medio año festero, hasta llegar a la comedia del “Coloquio al Santo Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, entre un Moro y un Cristiano”. Y a los personajes en vez de llamarles rey Moro e ídem Cristiano, al moro se le puede llamar capitán Moro y al cristiano, para no interferir con los capitanes de la Santa Cruz, se le asciende a coronel o a mariscal de la Reales Tropas.

9ª.- Sería muy conveniente y necesario que además de los eruditos y los observadores más perspicaces, el público en general diera su opinión y sus sugerencias al respecto, para ser estudiadas y valoradas por la comisión pertinente, antes de someter su continuidad o no a la Asamblea de la Hermandad, rogándole a las peñas huertanas, a los Moros y Cristianos de la FEDERACIÓN y a los nietos de los santos Abuelos, su continuidad en la participación en estos actos, sin la cual quedarían faltos de vistosidad y de esencia histórica tradicional. Por supuesto, que todos los que quieran participar en las batallas, deberán ir con el atuendo apropiado, que no vale el ir de cualquier manera, incluso los coordinadores, porque se desluce el acto. El público en general no podrá invadir la zona acotada para su desarrollo escénico y los fotógrafos y reporteros deberán estar autorizados y no interferirse entre ellos ni a los participantes. Por lo bien que ha salido casi todo en esta experiencia piloto, en nombre del nieto mayor de la Abuela (Juan José el Conde) y de la nieta mayor de san Joaquín (Margarita La Mocha), y en el mío propio, que soy su ayudante en la sombra, expresaros nuestro agradecimiento, por haberse cumplido uno de nuestros retos, en cartera desde hace ya bastante tiempo.

E. Marco

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