El pasado 5-2-99 se publicó en el BORM la aprobación definitiva de la bandera de Abanilla. No comprendí entonces el motivo de las mofas que tuve que soportar de algunos compañeros de aula y profesores.
Cuando el diario LA OPINION publicó una carta de D. Eugenio Marco Tristán dando cuenta de la existencia documentada de legajos del propio Concejo del siglo XVI en los que especifica cómo era la antigua bandera de Abanilla, comprendí el por qué de las bromas y comentarios que en su día fui objeto.
A partir de ese momento me interesé por el tema y he ido siguiendo su desarrollo. El pasado 20 de Marzo el grupo municipal del PSOE, con mucha vergüenza torera, defendía una moción ampliamente documentada para tratar de corregir el error cometido, del cual ya ha dado información su diario el pasado miércoles, día 22.
Si los documentos aparecidos de nuestro Concejo no eran suficientes, la Real Academia Alfonso X el Sabio emitió un informe negativo sobre la bandera de Abanilla: «…errores y equívocos datos, sobre todo con referencia a la Historia de Abanilla. …Tampoco resulta aceptable la inclusión en estos añadidos de las barras de Aragón…, que es regla común mantenido por la Real Academia de la Historia, máxima autoridad en la materia que se trata, y cabe en este momento recordarlo, que deben evitarse los símbolos y diseños de enseñas soberanas, y menos nacionales, y como ejemplo de lo prohibido el carmesí real castellano, los palos aragoneses, coronas, etc.». A todos aquellos que hace un año se mofaban del dislate vexilológico que se había cometido, decirles que también hay en Abanilla algún que otro estudioso de su propia Historia, que requiere expresar pública y notoriamente su disconformidad. Que el grupo popular del ayuntamiento de Abanilla, que goza de mayoría absoluta desde hace doce años, sólo se representa a sí mismo en materia cultural. Deben saber, señores concejales, que con los asuntos relacionados con el pasado, la última palabra la tienen las pruebas documentadas, los legajos, y que el tiempo en la Historia, se mide por pergaminos. El que los pierde o extravía, anda desfasado. Rectificar, a la vista de los documentos, es de sabios.
No sé si en un futuro será posible enmendar semejante atropello y apaleamiento a nuestra propia historia, pero si no fuera posible, ¡que Fernando VI los perdone!. Lo que han hecho es robarle su blasón, amañarlo y apropiarse indebidamente. Lo aprobado es un Pendón Real. Al ponerlo en una bandera concejil, lo que se ha hecho es degradarlo. La seriedad de los investigadores no viene dada por el número de foros académicos a los que pertenece, sino al rigor científico de sus trabajos. Parece ser que dentro de las actividades de nuestras próximas fiestas de la Santa Cruz, los responsables municipales tienen preparado presentar en sociedad y a los medios de comunicación su inventada bandera de Abanilla. Recuerden «…tiene este Concejo una bandera de tafetán verde y azul, tiene…» legajos, tiene historia.
Juan Manuel San Nicolás Sánchez.
Lic. en Geografía e Historia Medieval
Lic. en Geografía e Historia Medieval
Carta publicada en el diario La Opinión. Miércoles 29/03/00