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Conferencia de D. Luis Lisón sobre el escudo y la bandera de Abanilla


Este pasado sábado 16, tuvo lugar en el Auditorio Municipal de Abanilla una conferencia que trató sobre el polémico asunto del escudo y la bandera del municipio de Abanilla. Inició la presentación del acto Don Juan Manuel San Nicolás, licenciado en Geografía e Historia, quien presentó al invitado al acto, que era Don Luis Lisón Hernández, también Licenciado en Geografía e Historia, Diplomado en genealogía, heráldica, nobiliaria y vexilología; así como también Cronista de Alguazas, Ojós y Sucina, Secretario de la Real Academia Española de Cronistas Oficiales, miembro de la Real Academia Alfonso X el Sabio y de la Matritense de Heráldica y Genealogía. Un muy extenso currículum de presentación que avala más que sobradamente para opinar y sostener una versión de los hechos que está más que probada.

D. Luis Lisón Hernández

Ya se ha escrito mucho en las cartas en la prensa, así como en esta misma web acerca de los muchos argumentos para opinar que los símbolos que actualmente nos representan (escudo y bandera) no son realmente los nuestros como municipio ni se acercan siquiera ni de casualidad. Ni lo es el escudo, puesto que el actual es un bodrio de refrito que realizó el “erudito” periodista Serafín Alonso tomando como base el pendón real de Fernando VI (o el de su hermanastro el infante Cardenal Luis Antonio Jaime de Borbón -y hermano de Carlos III), que es el que hay en la piedra armera del Ayuntamiento y que se puso por haber sido construido mientras éste era el rey en 1751, ni tampoco es nuestra realmente la bandera, porque los peregrinos argumentos que dicho autor argumentó para su defensa y argumentación, sólo les valían a los concejales del PP que fueron los que aprobaron dicho “aborto” sin la aprobación de la Real Academia de Alfonso X el Sabio, que es lo procedente conforme a la legislación vigente pero por suerte para ellos que la aprobaron, no es vinculante, por lo que tanto el anterior alcalde FMP como sus concejales del PP, se pasaron sus indicaciones y recomendaciones por donde ya se puede imaginar uno, y con las mismas se la aprobaron con todas las de la ley en la Consejería de Presidencia. Y así seguimos desde 1999.

En la intervención de Don Luis Lisón, que más que explicarla es mejor escucharla y aprender un poco, llevó a cabo un ejercicio de retrospección para conforme a la poca documentación que se ha conservado y rescatado, poder entender desde dónde se viene en este asunto.

Así, inició el discurso narrando las vicisitudes de la época medieval en que se encargó a un platero un sello de plata para poder sellar los documentos del Concejo, así como la época en la que desde dichos concejos se debían aportar jóvenes para las milicias y portar una bandera que los representara. Dichas banderas, que debían ser diferentes evidentemente para diferenciarse y reconocerse, posteriormente y con el tiempo pasarían a serlo de los municipios. En el caso de Abanilla, según informó D. Luis Lisón, pese a ser más grande que Fortuna, se aportaron menos jóvenes que allí, por lo que posiblemente y dado que Abanilla no tenía en su registro el puesto de alférez, que era el oficial encargado de llevar y defender, la bandera estaría en dicha villa.

Momento de la conferencia, con la imagen del antiguo sello de plata de la villa de «Favanilla»

Como ya se acaba de explicar, en el caso de Abanilla, cuando hubo de hacerse la actual bandera, su promotor D. Serafín Alonso, dijo que tras haber buscado en los fondos bibliográficos y en los diversos archivos de la Historia, Abanilla no tenía ni había tenido bandera nunca jamás, por lo que entendía que tenía carta blanca para diseñar lo que buenamente quisiera y con los argumentos que le diera la gana. Y eso fue lo que hizo. Curiosamente al poco tiempo apareció un legajo de un acta del Concejo de Abanilla de 1573 que indicaba que Abanilla, sí que había tenido una bandera, que era de “tafetán verde y azul”. No sabemos más, ni la medida ni el diseño real, ni la forma de dicha bandera ni si tenía algún componente concreto dentro de la misma. Y al no existir dicha información, en este sentido podemos abundar, pero evidentemente ciñiéndonos a lo que sí se sabe, que son los colores verde y azul. Esta investigación, dado que no interesaba a quien mandaba, no procedió darle validez oficial y lejos de parar el proyecto de la que finalmente se hizo, lo que se hizo fue seguir hacia adelante con todas las consecuencias costara lo que costara.

Nota: La compañía de milicias concejiles de Abanilla y Fortuna es de 1637, cuando acudió a pasar revisión el capitán Aliaga, el cual al no saber nada y encontrarse dicha bandera verde y azul, encargó otra, la cual quedó depositada en el Ayuntamiento de Fortuna, y fue la que debieron de utilizar ambas milicias conjuntas de Abanilla y Fortuna en 1640 cuando fueron requeridas para intervenir en la rebelión de Cataluña. No se sabe qué colores tenía esta bandera encargada por el capitán Aliaga.

Imagen del acta que se encontró donde se indica que Abanilla tenía una bandera de color verde y azul


Momento de la conferencia mostrando un diseño o ensayo libre que quién sabe si pudo haber sido como la bandera que existió

Pese a que posteriormente a ser aprobada este asunto se llevó a los Tribunales de Justicia por parte de D. Juan Manuel San Nicolás, los jueces no le dieron la razón, no por no tener razón, que sí que la tenía, sino por defecto de forma de haber interpuesto la demanda cuando ya había pasado el plazo. Dado que mientras estuviera el PP en el poder esto no podía cambiarse porque dicho alcalde ya había dado muestras de su terquedad en el asunto, es ahora con otro equipo de gobierno, al que se le supone más sensibilidad y cultura al respecto, puesto que en su día fueron los que defendieron el asunto, los que deberían llevar un nuevo proyecto de escudo y bandera adelante.

D. Luis Lisón Hernández en la mesa junto con D. Juan Manuel San Nicolás Sánchez, organizador y presentador del acto

Se podría pensar, como de hecho hay algunos actuales concejales que increíblemente así lo piensan, que si los concejales de entonces ya aprobaron esto en su día y «si además luego los jueces ya dijeron que esto estaba bien» (esta cuestión no es cierta pues ya ha quedado sobradamente desmentida), pues no procedería cambiar nada. Sin embargo nada más lejos de la realidad, pues aunque sólo sea por dignidad, merece la pena. Es más, aunque se pudiera pensar también que esto de cambiar un escudo o una bandera es algo muy raro y muy difícil pues pareciera que es algo bastante inmutable en el tiempo, no lo es tanto, de hecho como posteriormente se publicó el lunes 18 en el diario la verdad en una entrevista a Don Luis Lisón, actualmente hay 14 municipios de la Región con errores en sus escudos y 10 de ellos aún no han culminado su tramitación administrativa. Y eso sólo en nuestra Región. Además, pues esto es la propia Corporación municipal quien lo ha de decidir llevar adelante en un Pleno, máxime si es un caso como es el de Abanilla donde hay tanto error acumulado uno encima de otro y donde lo único que procede, lejos de recrearnos en los últimos años ignominiosos, es echar borrón y cuenta nueva, y buscar nuestras verdaderas raíces.

¿Y eso cuesta mucho? Cuesta llevarlo a Pleno, aprobar el realizarse una comisión de expertos que evalúen este asunto y que lejos de criterios políticos sino más bien técnicos e históricos, procedan a buscar los verdaderos símbolos que nos pertenecen. Cuando el PSOE llevó este asunto a Pleno allá por 1996, no estaban muy claros todos estos asuntos, pues no se había estudiado mucho todo esto ni se había encontrado el legajo del acta de 1573 en el que se indica que sí que se tenía y era de tafetán verde y azul. Por el contrario, hoy ya se ha estudiado bastante y hay constancia de los diversos elementos que empezaron a representarnos como municipio. Dependerá de dicha Comisión el valorar en qué grado deberían seguir representándonos o bien buscar otros símbolos que estuvieran más acordes con la actualidad municipal.

Acta de 1573 donde se indica que «tiene el dicho Concejo una bandera de tafetán verde y azul»

Una vez que estuviera decidido el diseño y la argumentación histórica que lo avalara, procedería aprobarlo en Pleno y elevar el proyecto a la Real Academia de Alfonso X para lograr el apoyo de la misma, cosa que no tienen los actuales, y finalmente ser aprobado a nivel de la Comunidad Autónoma. Y entonces ya ese día sería cuando oficialmente Abanilla tendría dichos nuevos símbolos. Esto evidentemente conllevaría que con el tiempo habría que modificar la cartelería de los diversos edificios municipales que tienen el escudo en sus puertas de acceso, los vehículos oficiales municipales, las placas de las calles, los sellos de las oficinas del Ayuntamiento, y quién sabe si hasta el diseño del escudo del moro y el cristiano así como el de la Santa Cruz. Pero estos cambios no serían de un día para otro sino paulatinos y espaciados en el tiempo. No se cambió la bandera de España de un día para otro en todos los Ayuntamientos desde el anterior régimen al actual, ni más recientemente tampoco se cambiaron los cuadros del rey de un día para otro, sino que se fueron cambiado conforme hubo habiendo disponibilidad económica y voluntad política.

Momento de la conferencia, con la propuesta de bandera para Abanilla realizada por D. Luis Lisón

Pero todo este asunto no lo ha llevado adelante el PSOE ahora que tiene la mayoría y gobierna en el Ayuntamiento. No. Aunque en su día fue el PSOE quien lo movió, ahora este asunto lo ha llevado a Pleno el Grupo IUMA a través de su concejal Mª Dolores Saurín, y ahora una vez que ya se ha escuchado lo que ha dicho bien clarito Don Luis Lisón, y dado que tanto el alcalde D. Ezequiel Alonso como tres de sus concejales estuvieron en dicha conferencia, habrán entendido mucho mejor las circunstancias como para poder opinar y votar con mayor grado de conocimiento. Por eso, lo que procede es ver lo que realmente ocurrirá en el Pleno del 28 de enero y lo que luego votará cada edil al respecto de la Moción presentada por IUMA para crear esta comisión de expertos. En el PP, salvo sorpresa y por aquello de que rectificar es de sabios, ya podemos imaginarnos que  defenderán lo aprobado en anteriores años, y posiblemente les importará poco todo lo dicho y aunque sólo sea por su ¿coherencia? tendrán que seguir avalando y defendiendo lo que hay «porque ya está puesto en muchos edificios públicos» o bien porque como dice el vulgo «a todos les gusta y estamos muy a gusto como estamos y no hay que tocar nada». Como ya se ha dicho, esta fue la salida que dio el anterior alcalde FMP para no tener que tocar nada, y al contrario, lo empeoró. Ahora la pelota está en el tejado de la mayoría del PSOE. ¿Hacemos la comisión para cambiar lo que haya que cambiar y respetarnos así a nosotros mismos? ¿o seguimos siendo el hazmereír de la región y de parte de España? De ustedes depende, señores y señoras ediles.

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Razones para cambiar el escudo y la bandera de Abanilla


La cuestión del escudo y de la bandera, aunque sea un tema de índole cultural y parezca que no es nada urgente, sin embargo es un tema que no podemos dejar durmiendo a ver si se resuelve en otro momento porque ahora hay cosas más urgentes como resolver los problemas económicos. Está claro que parece más urgente la confección de los presupuestos del próximo año, asegurar que no se corte el agua o la luz a alguien, intentar cobrar la contribución al máximo posible de personas, etc… y por eso el asunto del escudo es algo que parece que no es urgente porque a nadie parece preocuparle. Sin embargo esta indolencia general afecta a nuestro nombre y a nuestra historia como pueblo, pues desde hace ya un centenar de años que se viene incurriendo en un error como es el estar usando un escudo real como si lo fuera municipal. A nadie parece importarle este pequeño detalle y ya hasta parece que fuera algo propio, pero no es así, nada más lejos de la realidad.

La adopción y uso en España de banderas concejiles, se remonta a la Edad Media, siglos XIV y XV, vía concesiones y otorgamientos reales. Posteriormente, durante los siglos XVI al XVIII, la adopción de blasones tuvo lugar por la asimilación de las de la nobleza que tenían relación con dichos lugares o señoríos. En el siglo XIX, una orden ministerial del 30 de agosto de 1840 instaba a que se creasen blasones con las armas propias de cada municipio. En el siglo XX, un Reglamento de fecha 11 de mayo de 1956 instaba  a los municipios a la rehabilitación y adopción de armas claramente distintivas que les permitiera su diferenciación. Escribió Vicente de Cadenas y Vicent, decano del cuerpo de Cronista rey de armas, en su libro “Fundamentos de Heráldica” que la vexilología, que es la ciencia que estudia las banderas, es la encargada hoy día de la regulación de este pasado uso militar de las mismas. Las leyes heráldicas regulan el uso de los colores y los metales, que no se pueden dejar a la libre elección de cada Concejo, pues esto conllevaría una anarquía y una confusión difícil de atajar, por realizarse de forma caprichosa, ignorante, con exceso de tradición o aplicación histórica indebida.

El actual escudo que viene utilizando el municipio de Abanilla es una adaptación del utilizado por el rey Fernando VI de Borbón durante el siglo XVIII. Escudo real por tanto, de dicho rey o de su hermano el Infante-Cardenal Luis Antonio  Jaime de Borbón y Farnesio.  Dicho uso es indebido y al respecto de esto, indica el diplomado en Genealogía, Heráldica y Derecho Nobiliario Don Luis Lisón Hernández en su libro “Símbolos Municipales de la Región de Murcia” editado por la Asamblea Regional, que “Abanilla necesita urgentemente adoptar un nuevo escudo, teniendo en cuenta su historia y los antecedentes citados.”

Conforme consta en el Real Decreto 2568/1986 de 28 de noviembre, en el artículo 50 apartado 4, es atribución del Pleno de cada Ayuntamiento, entre otras muchas cosas, la adopción o modificación de su bandera, enseña o escudo. Asimismo, la ley 6/1988 de la CARM, regula en sus artículos 18 y 20 la adopción de escudos o emblemas que se basarán en hechos históricos o geográficos característicos y peculiares.

En octubre de 2010, Don Eugenio Marco y Don Juan Manuel San Nicolás, publican un artículo titulado “Cronología de la sinrazón de una paranoia histórica: El escudo y la bandera de Abanilla”. En dicha cronología se puede ir siguiendo paso a paso lo mal que se han hecho las cosas con este asunto desde el Ayuntamiento estando gobernado por el PP y por su alcalde Fernando Molina Parra. Llegándose al punto como se ha llegado al cabo de los años de haberse aprobado una bandera inventada, porque su autor omitió investigar y descubrir en el Archivo Histórico Provincial había un acta de 1573 en la que se indica que Abanilla sí que tenía una bandera histórica: la de tafetán verde y azul, con un escudo real mutado, lo cual es incorrecto para los municipios.

Que se haya venido usando y a falta de otro autóctono éste se haya tomado como propio, no quiere decir que este error deba seguir manteniéndose por los siglos de los siglos. Que la obstinación del anterior alcalde al respecto de solucionar este grave problema de identidad provocara que dicho escudo se haya mantenido durante todos estos años, no es razón para que sigamos reincidiendo en dicho error, máxime cuando hay bastantes personas que saben de lo que hablan y están advirtiendo del bochornoso error.

A efectos de lo puramente local, hay que retrotraerse hasta el año 1996 para encontrar que en el Pleno de fecha 6 de junio de dicho año, el Partido Popular realiza una Moción para proponer la posibilidad de crear una seña de identidad para poder representar a Abanilla en todos los actos y lugares oficiales, dado que este municipio, poseía un símbolo cargado de historia como lo era el escudo, pero que estaba imposibilitado para poder ondear en un lugar de privilegio. Por esta razón se proponía que Abanilla poseyera unos colores para identificarla allá donde ondeara su bandera. Y por esto mismo se proponía que la Comisión de Cultura elaborase un estudio detallado para la creación de la misma y que una vez debatido y aprobado este estudio, se remitiera al Pleno del Ayuntamiento para su aprobación definitiva.

Respondió en dicho Pleno por parte del Grupo socialista el concejal Don Francisco J. Esteve, quien presentó una Moción alternativa para la búsqueda de señas distintivas que representaran al Municipio, la cual una vez fue debatida, fue retirada. El concejal del PP Don Arsenio Pacheco argumentó que recientemente se había entregado en el Ayuntamiento un pergamino el que según dijo, quedaba claro que la historia de esta villa provenía de la familia de los Rocafull, y concretamente, según figura en el acta, “el Blasón de oro” (parece que se refería al Toisón de oro), y que no entendía las connotaciones monárquicas a las que se hacía alusión en la Moción del PSOE. A todo esto respondió el concejal Don Francisco J. Esteve manifestando que no había hecho referencia a connotaciones monárquicas, sino que únicamente solicitaban la realización de un estudio para poder conseguir confeccionar un escudo lo más real posible basado en la historia de Abanilla. Y si el resultado estaba relacionado con los Rocafull, pues muy bien.

Nota: En los ruegos y preguntas de dicho pleno se hizo constar precisamente la recepción de dicho pergamino que el rey de Aragón Jaime II recibió de D. Miguel García, alcalde del castillo de Abanilla en 1296 en el cual le juraba fidelidad en la guerra y le ofrecía nuestra hospitalidad a sus hombres. Por otra parte, habría que corregir al concejal D. Arsenio Pacheco, pues difícilmente la familia de los Rocafull podía tener el Blasón o el Toisón de oro, puesto que este pergamino, como se ve, es del siglo XIII y tanto el Toisón como la cruz de Borgoña (de San Andrés), -que luego fue bandera de España-, llegaron a nuestro país con el rey Felipe el Hermoso, cuando se casó con doña Juana la Loca en 1496 (dos siglos después) y se adoptaron estos símbolos en 1506 en todos los escudos reales de armas y de los ejércitos. Es más, dicha cruzo o aspa se mantuvo con su hijo Carlos I (o V de Alemania) hasta con Juan Carlos I (salvo los periodos del gobierno provisional de 1868-70, las dos repúblicas y la dictadura de Francos), hasta que recientemente los ha hecho desaparecer del escudo nuestro actual rey Felipe VI.

Volviendo al acta del Pleno, por su parte, intervino el concejal del GIMA Don Cayetano Rivera manifestando que debía ser la Comisión de Cultura quien se asesorara con expertos sobre la bandera y el escudo, pero que pensaba que antes y después de la familia de los Rocafull, habían existido distintos escudos y entendía que el actual que representa a una casa real, además de ser el más reciente era el más adecuado. Por otra parte, consideraba que cambiar el escudo era lo muy importante y que este estudio debería ser lo suficientemente serio.

Argumentó a continuación el concejal Don José Antonio Blasco que votaría contra la moción del PSOE y que el escudo, por encontrarse instalado en multitud de organismos oficiales, sería un grave problema la creación de uno nuevo. Por otra parte, el actual se creó posteriormente a los Rocafull, es decir, después de la creación del Concejo. El grupo socialista retiró su Moción pero pidió que dicha Comisión realizara un estudio sobre el escudo.

Tres meses después de haber tenido que retirar la Moción el grupo socialista, el 5 de septiembre de 1996, la vuelve a presentar habiendo hecho algunas modificaciones. De nuevo se volvía a solicitar el realizar un estudio con el fin de localizar el escudo o escudos que a lo largo de la historia hubieran podido representar a nuestro término, dado que en la actualidad simboliza a nuestro término lo que a todas luces es un blasón real y en forma alguna representa el pasado histórico de nuestro municipio.

Es por ello que el concejal Don Francisco José Esteve, pedía que la Comisión de Cultural estudie la localización del escudo histórico de nuestro municipio. Según entonces argumentaba el Grupo socialista “un pueblo que olvida su pasado está obligado a repetirlo”, por lo que considera que es importante rescatar nuestras señas identificativas, como símbolo cultural y de identificación.

Pese a esta argumentación, el concejal del GIMA, Don Cayetano Rivera no entendía la necesidad del cambio de escudo, pues ya había sido debatido suficientemente en la Comisión de Cultura, y el actual estaba confirmado por un especialista que había asistido a las Comisiones. Por su parte, el concejal del PP Don José Antonio Blasco, no apoyó dicha Moción por haberse presentado bastante incompleta, entendiendo que lo que se pedía era un cheque en blanco para la realización de un trabajo que no iba apoyado de un estudio serio. La Moción fue desestimada por los seis votos del PP y dos del GIMA, uno de los cuales es el actual alcalde Don Ezequiel Alonso.

Un mes después de aquello, es en el Pleno del día 14 de octubre de 1996 cuando se aprueba la bandera de Abanilla. La concejal del PP Doña Rosario Ramírez Ramón, informa sobre el estudio realizado por D. Serafín Alonso Navarro (Director de la Hemeroteca Regional, Licenciado en Historia, Miembro de la Real Academia de Historia y bellas Artes de Madrid), para la creación de una bandera municipal, la cual queda plasmada en el proyecto que él mismo redactó.

El concejal de GIMA, Don Cayetano Rivera, intervino para solicitar que se tuviera en cuenta que se eligiera el color tono morado burdeos, por ser el que representaba a Castilla. A continuación se votó y se aprobó por la unanimidad de los miembros asistentes (no asistieron dos concejales del PSOE), siendo enviada la documentación a la Dirección General de Administración Local de la Consejería de Presidencia de la CARM para su aprobación definitiva.

Lo que no se contó en dicho Pleno, o al menos no lo recoge el acta, es que dicho informe venía con el informe negativo de la Real Academia de Alfonso X el Sabio, que es quien se encarga de dar validez o no a dichos estudios. Aunque no debiera ser así, lo que dice la Academia no es vinculante a efectos administrativos, y a la vista está que dicho proyecto se aprobó aunque no contaba con el beneplácito de los que debían apoyarlo académicamente hablando, con lo cual, muy serio muy serio, no debía de ser.

Ya no se vuelve a saber del asunto de la bandera hasta el Pleno del 4 de julio de 1998, cuando el grupo GIMA, a través de su concejal Don Cayetano Rivera, pregunta cuándo se ultimará dicho expediente, contestando Don José Antonio Blasco que dicho expediente está remitido a la Comunidad Autónoma de Murcia, pero que se realizará alguna gestión para que lo apruebe lo antes posible el Consejo de Gobierno.

Dicha aprobación del Consejo de Gobierno no llega hasta el año 1999 y se publica en el BORM del 5 de febrero de dicho año mediante el Decreto de Presidencia número 6/1999.

Tal y como está resumido en el artículo de la “Cronología de la sinrazón de una paranoia histórica…”, en el Pleno del 17 de enero del año 2000, de nuevo el grupo socialista, aunque con otros nuevos miembros, pide retomar el asunto para corregir los errores de Don Serafín Alonso. Sin embargo el PP insiste en que este tema ya se ha tratado y no van a cambiar nada. Dos meses después, el 20 de marzo de 2000, se vuelve a presentar una Moción en este sentido y es cuando el entonces alcalde Fernando Molina dice aquello de que “Mientras él ocupe este cargo, el escudo de Abanilla no se cambiará, ya que ha sido el utilizado durante más de 200 años”, con lo que evidentemente la mayoría absoluta del PP vota en contra de la Moción.

Un año después, el 12 de marzo de 2001, el Licenciado en Historia Don Juan Manuel San Nicolás, interpone un Recurso Extraordinario de Revisión ante la Consejería de Presidencia a fin de corregir estos errores que se habían detectado y que el PP no había querido ni mirar. Ante la demora en la respuesta, se dirige a la Casa Real y al Defensor del Pueblo, quienes interesados en el tema, se ponen en contacto con la Consejería de Presidencia, los cuales responden que la Consejería desestima el recurso, dando como única opción el realizar un juicio en lo Contencioso Administrativo. Dada esta situación, en el mes de noviembre de 2002, envía una carta al diario La Opinión, comunicando que había enviado un dossier el día 12 de marzo de 2001 a la Consejería de Presidencia, solicitando la revisión administrativa del expediente, pues a su entender el proceso llevado a cabo para su aprobación, había sido de cine. Pese a que había recurrido a la Casa Real y al Defensor del Pueblo, le informaron que con la reestructuración que había tenido lugar en 2002 en dicha Consejería, el expediente se había extraviado.

Seguidamente, un grupo de vecinos, encabezados por el Licenciado en Historia Don Juan Manuel San Nicolás,  interpone un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Murcia. En diciembre de 2004 tuvo lugar la vista en la que dos expertos calígrafos transliteraron el acta del Concejo de 1573 y Don Luis Lisón Hernández declaró que «él ya había informado a la concejal de Cultura de Abanilla que el escudo que se estaba empleando en Abanilla no era el correcto». A pesar de que las evidencias eran claras, el Tribunal falló en contra del demandante ateniéndose exclusivamente en cuestiones administrativas de los plazos y la presentación, no entrando por tanto en el fondo del asunto histórico.

En el mes de junio de 2008, se presentan en el Auditorio de Abanilla los dos volúmenes que componen la obra de la “Historia de Abanilla”, de la Asociación Musa ben Nusayr. Curiosamente en dicha obra, en la página 151 del primer tomo, se hace una recopilación de los escudos que ha tenido el municipio de Abanilla en los últimos años. Y es más, dado que hoy por hoy, a ciencia cierta, lo único seguro es la existencia del escudo de plata que ponía “FAVANILLA” y la bandera de “tafetán verde y azul”, es esta la imagen con que se ilustra la contraportada de dichos volúmenes.

En el mes de septiembre de 2008, se publica la noticia de que la anterior sentencia del juez del TSJ de Murcia había sido recurrida y ahora se denunciaba ante el Tribunal Supremo, que el escudo de Abanilla era copia del utilizado por Fernando VI, el cual reinaba cuando se construyó el edificio consistorial en 1751. Argumentaba el denunciante que además dicho escudo lleva alrededor el Toisón de oro, símbolo que sólo puede utilizar el rey o quien éste designe, pero no los municipios, tal y como le había respondido la Real Academia de la Historia. Sin embargo la Justicia de nuevo vuelve a lo mismo de la cuestión del procedimiento administrativo.

Visto todo lo anterior, queda claro que lo que se intentó con estas denuncias ante la Justicia era reparar el grave error que se había cometido por el PP al aprobar dicha bandera de forma indebida y sin el beneplácito académico, además del histórico. Por tanto y para aclarar las dudas y leyendas urbanas que circulan por el pueblo de que “un juez dijo que ese escudo y esa bandera pendonera estaba bien hecha y no le dio la razón a Juan Manuel San Nicolás”, aclarar que eso no es cierto. Dicha sentencia de dicho juez en ningún momento dice que el demandante no tuviera razón en sus argumentos, pues quedaba claro que defendía lo que decían las Academia de la Historia y la Real Academia Alfonso X el Sabio, sino que no se podía hacer nada al respecto pues la presentación de la documentación se había hecho tarde. Por tanto y dado que “no entra en el fondo del asunto histórico a tratar”, porque este era un proceso contencioso administrativo; y porque que el intentar rectificar o modificar los símbolos heráldicos municipales actuales, sería objeto de iniciar un nuevo proceso administrativo con otras justificadas premisas, acordes con la legislación vigente y los criterios académicos, por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento por unanimidad, y a ser posible, con el informe favorable de la Real Academia Alfonso X, puesto que en el anterior proceso lo fue negativo.  Y en cuanto a que no se pueda cambiar el escudo, aparte de todo lo dicho anteriormente, y teniendo en cuenta las últimas informaciones de D. José Tenza (Pepe CD) “porque fue aprobado por el Consejo de Ministros en 1923”, habrá que ver si esto es cierto o no, porque aunque así fuera, ahí está la ley posterior ya en la democracia que permite que se creen o modifiquen los símbolos municipales.

Por tanto, si es que se quiere y si es que se tiene interés en ello, ahora es el momento de reparar dicho error. Ahora que hay un nuevo alcalde y un nuevo equipo de gobierno, es el momento de que desde la Concejalía de Cultura se retome de nuevo el asunto y se hagan las cosas bien hechas y de forma seria, no como con anterioridad, que pretendiendo ser serios, se fueron cometiendo una serie de errores uno detrás de otro y fue peor mantenerlos que enmendarlos. Pero ahora ya lo hecho, hecho está y se trata de resolver los problemas que se han cometido. Para ello habrá que tener claro que se ha de olvidar por completo el escudo de Fernando VI y sus artísticas y variadas mutaciones, y  ha de importar poco que ya esté impreso y publicado en multitud de sitios, pues si dicho escudo no es lo que dice ser, flaco favor hace a quien representa, y poca estima propia tiene quien se siente representado por un escudo que no es el suyo ni habla de la idiosincrasia de su pueblo. Y que la gente lo tenga como suyo, lo único que nos deja claro es la ignorancia supina que tenemos por no saber lo que quiere decir ese escudo. Y no sólo eso habrá de retirarse el escudo, sino que también el actual pendón o bandera, es decir: el proyecto de Don Serafín Alonso, por ser totalmente inventado y creado viciado de inicio a partir de dicho escudo que a estas alturas creo que ha quedado claro que no nos pertenece como municipio.

El cómo, cuándo y quién habrá de componerlo es ya otra cuestión. Eso es decisión de la Concejalía de Cultura el componer una mesa de personas entendidas en Historia y decidir los criterios a seguir para su composición. Ya ha quedado claro que como histórico de verdad, sólo está el sello con la cruz de Calatrava y la palabra “Favanilla” y como bandera, la de tafetán verde y azul. Se pueden mantener los colores de la bandera y crear un escudo que nos diga algo más.

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