Las Cosicas de Abanilla: Más sobre el río Chícamo

Una vez que ya ha pasado suficiente tiempo desde que se realizó la segunda entrega de «Las Cosicas de Abanilla» dedicada al río Chícamo, y por tanto se ha podido difundir sobradamente por televisión, antes de que acabe el año, los creadores y guionistas del mismo, han acordado que es momento de que se publique en internet el guión con las imágenes y vídeos que se prepararon. Por cuestiones del formato, para ver los vídeos, hay que pinchar en la imagen y se abrirán en otra página diferente.

 GUIÓN DE LA 2ª PARTE DE EL CHÍCAMO:

 “Las cosicas de Abanilla”

   septiembre 2017

sábado 02 a las 22 horas EN EL AUDITORIO MUNICIPAL

MAS SOBRE EL RÍO CHÍCAMO 

CARTEL 1ª parte

Buenas noches y bienvenidos. Son las 22:00 horas. Están viendo el cartel de la 1ª sesión de “Las Cosicas de Abanilla”. Con la puntualidad que nos caracteriza comenzamos agradeciendo la presencia de las autoridades y la de todos ustedes; agradecidos al Ayuntamiento porque, siempre que lo hemos solicitado, nos ha cedido las instalaciones del Auditorio con sus medios técnicos para realizar actos como éste. A Mari Ángeles Celdrán Lozano de Turismo de Abanilla. Al conserje del Auditorio, a Isidoro, y a todos los que nos han echado una mano y han colaborado para llevar a cabo esta 2ª parte sobre el río Chícamo. Mención especial a Ma­nolo MP que desde hace unos años se nos unió como técnico. Trataremos de hacer estas “Cosicas de Abanilla” como si se tratase de un programa radiofónico y por la mesa irán pasando algunos de los invitados, otros hablarán desde sus asientos.

CARTEL 2º parte.

La sesión de “Las Cosicas de Abanilla” de hoy, estará dividida en dos partes. En el 2011, hace ya 6 años, hicimos la 1ª parte, ya han visto proyectado el cartel, que titulamos “Un viaje por el Chícamo”. Para quienes no asistieron a ella y, para recordar aquella sesión de “Las Cosicas de Abanilla”, hoy haremos un resumen, que completaremos con nuevos datos. Después pasaremos a la 2ª parte que se ha titulado “Más sobre el río Chícamo”. Y con los comentarios vivos de quienes tienen algo que decir, porque han sido historia viva en ellos. Tras este preámbulo vamos al grano, o sea a la 1ª parte de la 2ª sesión sobre el río Chícamo.

FOTO del 30 de julio de 2011 en el Nacimiento del Chícamo

Están viendo una foto en el nacimiento del Chícamo del día en el que se hizo una marcha y la 1ª charla de “Las Cosicas de Abanilla sobre el Río Chícamo“el 30 de julio de 2011¿dónde se puede decir que comienza el río? El río Chícamo se forma por la confluencia de varias ramblas y ramblizos torrentosos, que solamente suelen llevar agua cuando llueve. Podemos considerar que tiene su origen este río-rambla en la parte norte del término municipal de Abanilla y sus colindantes de la provincia de Alicante: Pinoso y La Algueña. La formación rocosa más al norte de su cuenca es la sierra del Reclot, situada al este de El Rodriguillo. Su cuenca la conforma casi todo el término municipal de Abanilla más otras áreas de los municipios de Pinoso, La Algueña, Fortuna, La Matanza de Santomera, Benferri y Orihuela. El cauce definido en forma de trinchera tiene lugar a partir de La finca llamada La Casa de Moñino, poco más abajo de El Cantón…de Abanilla, donde se le une la rambla de El Bilillo; Y en el paraje denominado El Chícamo, del cual ha tomado su nombre, es donde existe un nacimiento continuo de agua, procedente del drenaje natural del acuífero de Quibas. La cuenca del río Chícamo tiene una extensión de 450´80 Kilómetros cuadrados [i]

¿De dónde viene la palabra Chícamo? Tenemos constancia documental de que en el s. XV se le llamaba CHICANO; en el s. XVI CHICANEO; y en el s. XVIII, CHICAMO, sin acento esdrújulo. Pero a partir del s. XX ya se le llama CHÍCAMO, aunque cuando sale de nuestro término municipal, por Mafraque, y llega a Benferri, le llaman “la rambla de Abanilla”, porque las aguas que allí llegan son de avenidas torrentosas.

Foto del molino en ruinas.

Arrancamos siguiendo el curso del río. En 1850 se editó el diccionario de Madoz. En él se dice que, 6 años antes (por lo tanto, en 1844) en el mismo nacimiento del Chícamo se construyó un molino harinero; a poco otros dos en la corriente del Zurca y otros dos existentes dentro de La Huerta; y que el Zurca tiene su origen en una balsa en el Algarrobo.

Foto del molino del Prao.

Solamente conocemos hoy en día las ruinas de un molino en el Zurca, el molino del Prao, que tiene el cubo más alto de todos, 14 metros, con un solo sistema de piedras para moler cereales.

Fotos del molino del Prao.

Benito Perea Alvarado y su mujer, son vecinos de este molino… “de toa la vía”. Su esposa ha ejercido de molinera, pero no recuerda quiénes eran sus propietarios y molineros anteriores. Es la que está en la foto de la nevada.

Foto del molino del Prao. Rodezno.

Y dando vueltas, como el rodezno que están viendo, hemos indagado que uno de sus propietarios y molinero fue, Fco. Navarro Maestre, del que hablaremos más adelante; y Antonio Salar, de Barinas.

Aclaración inacabada de cajeL o cajeR que lo hemos visto escrito de múltiples maneras: con G y con JOTA y con L y con R. Lo que queda claro es que vamos a hablar del Cajel.

Viendo el Cajel en el río Chícamo nos hemos preguntado cómo se formó esa maravilla de paisaje. Para que nos lo explique tenemos con nosotros a Francisco Tovar Carrión, Fran Cuarterones para sus amigos que somos muchos. Fran además de tocar el clarinete es Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Murcia y actualmente trabaja en el sector agrícola. También es autor del trabajo que lleva por título: “Evaluación de la calidad del suelo en un área de la cabecera del río Chícamo”.

Explicación sobre la falla del Cajel FRANCISCO TOVAR CARRIÓN.

Abanico deltaico

Margas triásicas

Serie estratigráfica

El Cajel: Remansos y fallas

 El cañón del Cajel

Fallas y corales

Salida del Cajel

Estas explicaciones de Fran nos ayudan a conocer más y mejor una de las muchas maravillas de los paisajes abanilleros.

FÁBRICA DE LA LUZ, EN LA UMBRÍA.

Siguiendo el curso del Chícamo llegamos a la fábrica de la luz, en la Umbría. Llevó a cabo este proyecto y lo hizo realidad en el año 1934, Silvano Tortosa, del Hondón de las Nieves. Con anterioridad, solicitaron la concesión de este aprovechamiento hidroeléctrico José María Payá, de Abanilla y Rogelio Manresa, de Callosa del Segura; y dicen que también un tal Indalecio Prieto, de Aspe. A todos ellos les fue caducando el plazo de la concesión, sin poderlo llevar a cabo, por la dificultad que suponía hacer la conducción del agua por la garganta del Cajel, desde la salida del molino del Chícamo. Dejó de funcionar en la década de 1970, absorbido por Hidroeléctrica, que la clausuró y se quedó con la concesión del área de distribución, que es lo que realmente le interesó.

AZUD ACTUAL Y EN ANTIGUO:

En el azud del paraje de las cuevas de Botija, desde tiempo inmemo­rial, quizá desde los íberos, el agua se recogía y se conducía para regar los terrenos co­lin­dantes al río Chícamo, en sus márgenes. La palabra “AZUD” es de origen árabe (“as sad”) y quiere decir “barrera”. Esta construcción es habitual para elevar el nivel de un caudal o río con el fin de derivar parte de este caudal a las acequias”

En la “villa” romana de Sahués, s. del I al IV después de Cristo, se han encontrado vestigios del sistema de riego con estas aguas aquí recogidas, posiblemente conducidas por una acequia hecha por la margen izquierda, de la que se han perdido todos los vestigios. En el s. XVI, consta que se contrató a un cantero, Juan Ochoa, para construir el azud en sillería, que no llegó a hacerlo. Las grandes torrenteras han ido destruyendo este azud a través de los tiempos. El actual es de la década de 1960. En el centro de la imagen se aprecian los restos del que se reconstruyó en 1702. Se interrumpieron las obras del templo de san José de Abanilla y sus albañiles, con toda urgencia, se dedicaron a la reconstrucción del azud. Consta que en el centro se instaló una piedra grande, en forma de V, que dividía el caudal en dos partes iguales, por lo que se sospecha que el agua se conducía por dos acequias, en ambas márgenes: una para Sahués y otra para La Huerta de Abajo. Una de las reconstrucciones que se hizo en la década de 1950, se realizó bajo la contrata de Julio Rocamora (Julio Llaveros).

LA MINA EXCAVADA EN LA MARGEN DERECHA.

La mina excavada en la margen derecha, dicen que se construyó a me­dia­dos del s. XIX, por destrucción de la acequia que discurría por la margen derecha.

EL PARTIDOR. Foto interior.

Aquí se dividen las aguas en la proporción de 1/5 del caudal circulante para Sahués y 4/5 para La Huerta. El caudal medio en estos últimos años es de 8 litros por segundo para Sahués y 32 para La Huerta.

EL PARTIDOR. Foto exterior de la caseta.

La división vista a su salida. La acequia de la derecha dela imagen es para Sahués y la de la izquierda para La Huerta.

En el año 1957 se acordó hacer esta caseta, para cubrir El Partidor, con una puerta con dos cerrojos, dado que algunos regantes, por la noche, echaban brozas y atascaban los pasos del agua, para desviar más caudal a Sahués, cuando a ellos les tocaba regar. Se montó vigilancia y se les pilló “in fraganti”, con las manos en la masa. Según cuentan, cierta noche se desbordó el agua por el acueducto y se duchó, sin quererlo, uno que pasaba por debajo, que fue quien puso en aviso al personal y observó la trampa.

EL ACUEDUCTO DE SAHUÉS.

No está del todo claro si este acueducto es de origen romano, árabe o cristiano. En la base de sus columnas hay sillería que pudiera haber sido reutilizada de las ruinas del poblado romana de Sahués, colocadas en el s. XVIII, para reforzar los pilares de mampostería. El diccionario de Madoz especifica que este acueducto tenía pilastras de piedra y que la acequia y los arcos eran de madera.

PIEDRA DEL ACUEDUCTO CON INSCRIPCIÓN DEL ARCO CENTRAL.

En el arco central del acueducto hay una PIEDRA en la que figura el año. Está claro que estos arcos de ladrillo, argamasa y piedras, fueron hechos en 1882, por Antonio Marco que, a la sazón, era mi bisabuelo paterno.

23.-MOLINO DE CAMARRANO.

También se le llama el molino del Partidor y su origen pudiera ser del s. XVI, por­que cuando se averiaba el molino del Arco cuyas ruinas están en Ricabacica, se tenía que ir a moler a Orihuela, por lo que el concejo acordó hacer otro molino, aguas arriba. En el s. XVIII, consta ya con el nombre de Camarrano. El molino está si­tuado en el Partidor, en la margen derecha, en la finca llamada “La Hacienda”. Tiene dos sistemas de piedras que funcionaban alternativamente: una para trigo y otra para cereales de pienso para los animales. En su interior hay medio arco de sillería, con una columna, posiblemente reutilizados de las ruinas romanas de Sahués.

Ejercieron de molineros: el tío Antonio el Pavo (abuelo de Diego y de An­tonio Pérez Martínez); los Pereas de Macisvenda; Antonio el Chinel; Antonio Carrión Tenza (el Moruno, abuelo de Fran Tovar); Antonio Ramírez Marco (el de las Picas); y Pepa Bollo. Estuvo funcionando hasta finales de la década de 1960. A la salida de las aguas, bajo la sombra de una higuera, se aprovechaba para lavar las lanas.

ARCO DE MARÍA LA REINA.

Bajando por la rambla de Mascosa, que se une con el Zurca y desembocan en el río río Chícamo, vemos el arco de María la Reina, un acueducto que salva el paso de la rambla de Mascosa. Se llama arco de María la Reina por el apodo de la dueña de los terrenos colindantes.

ARCO DEL SALAO, CERCA DE RICABACICA.

Este arco salva el paso de la rambla del Zurca, próxima a desembocar en El Chícamo, por su margen derecha. Consta en do­cu­mentos del s. XVIII, el contrato del cantero de Ricote, Juan de Lalastra, de hacer este arco de sillería. Y en 1778, el citado cantero y un tal Francisco Cremades, de As­pe, estaban trabajando en este y otros arcos, como el que salva la rambla de Balonga. Tenían sus inscripciones, algunas ya ilegibles y otras tapadas con cemento.

Lo del empleo del cemento es un tema demasiado habitual en la conservación y restauración de los monumentos históricos de aquí. Dicen que el exceso de cultura lleva consigo la caída de las civilizaciones…de seguir con estas “restauraciones cementeras” pode­mos estar tranquilos.

MOLINO DEL ARCO.

Lo que queda del molino del Arco es el socaz, o sea, por donde salía el agua tras pasar por el cubo y el rodezno. Es el más antiguo que se conoce, del s. XVI, pro­piedad del Ayuntamiento. Lo destruyó una fuerte riada, quedando en tal mal es­ta­do, que no se reconstruyó, posiblemente porque ya estaba en funcionamiento el de Camarrano. En el año 1932, se construyó junto a éste, el actual molino de Ricabacica.

EL AZUD DE MUZARRA-MAHOYA.

En la segunda mitad del s. XVIII (año 1770), varios particulares construyeron El azud de Muzarra-Mahoya, para recoger las aguas del Zurca y la rambla de Mascosa, más las escorrentías del Chícamo, conduciéndolas por un sistema de acequias, túneles y acueductos, de los cuales quedan algunos vestigios, para regar las tierras desde Santa Ana hasta El Charco que está en la caída del mojón de Mafraque. El ingeniero que lo diseñó y dirigió las obras fue Benito Bolarín, de Cox. Se conservan documentos de parte de su obra. Un siglo después, unas fuertes avenidas inutilizaron gran parte de esta infraestructura, que no reconstruyó.

EL MOLINO BAJO EL PUENTE. (EXTERIOR)

El molino del puente que va hacia Mahoya data la solicitud de su construcción en el año 1870, por José Mª Gómez, aprovechando las aguas recogidas en el azud de Muzarra-Mahoya. Han sido molineros: El tío Antonio Comino, casado con María Yagües (padres de Antonia la de Quico el de Raimundo).

EL MOLINO. INTERIOR.

También estuvieron a cargo de este molino, el tío José Mira, quien después instaló un molino electrificado en la Placeta, frente a la iglesia (actualmente el banco BMN-Cajamurcia). Finalmente, el molino del puente, fue adquirido por el tío Pepe Gaona, estando de molinero, hasta su cierre, Antonio Rubira Duréndez (Trifón).

LOS GRAFFITIS EXISTENTES EN EL INTERIOR DEL MOLINO del PUENTE.

Adrián Ruiz Rocamora (El Palomo) ha tenido la osadía de fotografiar estos graffitis que están en el interior del molino del puente. Ahora nos los va a descifrar Antonio Rubira Duréndez (Antonio Trifón), que como acabamos de decir, trabajó en este molino con su último propietario, el tío Pepe Gaona.

Se le agradecer a Antonio Trifón su colaboración, por contarnos de primera mano cosas de nuestra historia, pues dichos apuntes eran de las pesadas del grano que llevaban a moler los distintos clientes de este molino.

RODEZNO del molino de EL PUENTE:

Nos ha contado Antonio Rubira, que el rodezno o turbina de este molino se rompió, al mismo tiempo que otra del Chícamo; y fue él con el carro a traer las nuevas a Abarán. Pues bien, hemos podido indagar que dichas turbinas se fabricaban en un taller de Antonio Molina Cano, reconocido industrial carpintero e inventor de turbinas hidráulicas (rodeznos, para entendernos), con patente propia. También fabricaban mazos para picar esparto cocido, movidos por turbinas hidráulicas. Dicen que fabricó cerca de un millar, para toda España y Marruecos. También construía y reparaba norias de rueda y de pozo, muebles y utensilios para las panaderías.

EL PUENTE VIEJO DE MAHOYA.

El 18 de marzo pasado, este puente cumplió su primer centenario…. Conservar etc.… ha crecido un granao y una higuera de higos verdales y algún que otro gandul. Y hablando de gandules hasta la piedra que tiró un camión todavía esta abajo y alguna que se ha llevado la riá. Sólo tiene 100 años: la catedral de Murcia una vez también tuvo cien años, pero la siguen conservando.

Por cierto, en la pantalla tienen proyectada la portada del libro de fiestas de Mahoya-La Huerta. Les recordamos que el día 8 es el pregón de Fiestas que dará Eugenio. Yo presentaré al pregonero y el martes 12 a las 20:30 en las fiestas de Mahoya tendremos, en el Centro Cultural, una charla musical, con un pica-pica (especie de piscolabis) relacionado con las piezas musica­les que explicaremos.

Veremos ahora un vídeo del molino de Santa Ana que fue realizado por Fotos Nico para los actos culturales de los escolares en el año 1998 con motivo del XXV aniversario de la Asociación de Moros y Cristianos (actualmente Federación de Moros y Cristianos)

VÍDEO DEL MOLINO DE SANTA ANA

Este molino es propiedad de los herederos de Gabriel Marco Lucas, que fue su último molinero. Anteriormente era de su padre, José Marco Riquelme, suegro de Epifanio Belén y de Mª, la de Los Ramiros. Las aguas, al salir de este molino discurrían por la margen izquierda – el terrero de La Alcoba-, que al pasar por el puente de la carretera de Fortuna se recogían en un pequeño azud y se conducían por una acequia que por La Casilla atraviesa la carretera de Murcia y por El Lazareto iban al Paúl Alto, Los Rulos, hasta Mafraque. Esta Comunidad de Regantes despareció del mapa en 1980, por no adaptar sus ordenanzas a la Ley de Aguas entonces vigente [ii].

AMPLIACIÓN A LA PRIMERA PARTE DEL CHÍCAMO

Ampliamos la primera parte con más trabajos de última hora. Para ello nos acompaña Mª Ángeles Celdrán Lozano de Turismo Abanilla, que nos hará un breve resumen sobre lo que sabe de la recuperación del molino del Chícamo.

FOTO DEL MOLINO EN RUINAS.

Ahora teníamos previsto la proyección de un vídeo elaborado por Fotos Nico, desde El Rodriguillo, con parada en el molino del Chícamo, entrevistando a varias personas que lo han conocido en pleno funcionamiento, allá por las décadas de 1940-1950. La proyección de este documental no es posible realizarla hoy, por un problema técnico en los equipos informáticos de Fotos Nico. Pero todo no van a ser inconvenientes, porque aprovechando la presencia en esta sala de algunos de los contertulios, vamos a entrevistarlos. Previamente, realizamos una descripción histórica de este molino:

Se construyó a cargo del Heredao (actualmente la comunidad de regantes de la Huerta de Abajo y Sahués), quienes lo arrendaban por subasta a la llana (igual que se hace con la capitanía de la Santa Cruz), por cuatro años; y con ese dinero se le pagaba el sueldo al “cequiero”, que era el vigilante de la acequia mayor. Tenemos noticias de prensa, de principio del s. XX, anunciando la subasta de este molino, que se realizaba en el Ayuntamiento, el primer domingo del mes de enero. En las actas del Heredao que actualmente se conservan y no se han extraviao, consta el nombre de los adjudicatarios del arrendamiento. El contrato se hacía ante Notario, donde se especificaba la cantidad y la forma de pago. Su construcción duró unos 4 años, desde 1840 a 1844. Se realizó con materiales cercanos al lugar: El yeso y la cal se elaboraron allí mismo.

EL CUBO DEL MOLINO

Los cubos tienen una altura de 5´50 metros uno y de 6´50 metros el otro, que mueven los rodeznos de los dos sistemas de piedras que tiene: una para moler trigo y la otra para cereales con los que se alimentaba a los animales (panizo, cebada, avena, habas, piñuelo, etc.). Podían moler ambos sistemas de piedras a la vez, cuando el caudal circulante de agua se aproximaba a los 100 litros por segundo, con lo que se desarrollaba una potencia total de unos 8 caballos. Actualmente sería menos de la mitad de potencia, con los 40-50 litros por segundo que circulan, por lo que solamente se podría mover uno de los dos sistemas de piedras, cuando se consiga restaurarlas. Las piedras de moler tienen un diámetro de 120 centímetros.

MOLINO DEL RÍO CHÍCAMO – RODEZNO

También disponía de un aparato para lavar el grano, instalado en el exterior del molino, junto al río, que se accionaba por un sistema de transmisiones de ejes y poleas que partían de un acople al eje que movía las piedras. Se le acopló también un sistema de zaranda circular, tipo trómel, para garbillar la molienda y separar la harina del salvao. Dejó de funcionar este molino y casi todos los demás a finales de la década de 1960, cuando este tipo de instalaciones se quedó obsoleto, por la existencia de fábricas de harina industriales en lugares cercanos: Orihuela y Alicante; y por la pertinaz sequía reinante, que arruinó el cultivo de los cereales en el secano murciano; además de que ya se puso fin a la autarquía (comer de lo que se criaba en cada lugar), la desaparición de la Fiscalía de Tasas y, por consiguiente, del estraperlo, consistente en la venta clandestina de productos controlados por las autoridades reinantes, a un precio muy superior al oficialmente establecido.

MOLINO DEL RÍO CHÍCAMO – CÁRCAVO Y SOCAZ

Donde están instalados los rodeznos se le llama el cárcavo. La acequia que conduce el agua al cubo del molino de le llama caz y por donde ya sale al río el socaz. En la foto, se ve donde está instalado el rodezno y, a la vez, la salida del agua.

Se llevaron las tejas, las maderas que eran aprovechables, las piedras volanderas de moler, las zarandas, la lavadora…en fin, todo lo que había, menos las paredes. De este expolio no se sabe a ciencia cierta quienes, presuntamente, se pudieron beneficiar, porque hay mucha leyenda urbana al respecto y nada escrito en los libros de cuentas. Esto es muy normal en España, que lo que no se utiliza y se queda obsoleto se expolia, para intentar reutilizarlo, en algunos casos, y en otros no. De esto, habría para escribir un libro más grande que el célebre Libro Gordo de Petete.

Entrevista a Benito Marco Lajara. ¿Benito, qué nos puedes contar del molino del Chícamo, de cuando tú y tu primo Juan Antonio López estuvisteis por allí, que lo tuvieron arrendado tu tío Juan El Tuerto y tu otro tío, Benito Marco Valero, en la década de 1940-1950, que vuestra abuela estaba de casera? Cuéntanos de cómo se reparaban las piedras, cuando se rompían; Lo que pasaba cuando subía uno en bicicleta, desde Abanilla (José Padres Viejos- José Marco Diego), para dar el aviso de que venían los inspectores de la Fiscalía de Tasas; de dónde y cómo se escondía la harina y el trigo que había en el molino en ese momento: Cuenta Benito, que cuando se rompían las piedras de moler, subían los herreros de Abanilla y les tomaban medida, las forjaban allí y las colocaban igual que hacían con las ruedas de los carros, calentando los aros, para que se dilataran, los colocaban rápidamente y una vez emplazados en su sitio los enfriaban echándole agua. Allí, en un lateral del molino, donde estaba la zaranda, hay una que lleva colocados dos aros de hierro. De dar el aviso al molino de que la Fiscalía de Tasas andaba por Abanilla, se encargaba el que has referido, José Marco Diego, José padres viejos, pa entendernos, que subía en bicicleta; y, rápidamente quitábamos todo el grano y la harina que había en el molino y lo escondíamos en una cueva cercana, en la otra margen del río, la izquierda, detrás del terraplén, tapándola con brozas, cañas y otra maleza. Los inspectores nunca dieron con el alijo allí escondido. Ellos buscaban por las cuadras, corrales y hasta debajo de las camas, la paja, etc.

Preguntado sobre los inventos que a lo largo de su vida ha realizado, dice que ha intentado hacer bastantes, pero que hasta ahora, todavía no ha conseguido que ninguno funcione de una manera práctica y eficaz. Preguntado por el invento de las máquinas de hacer cofín de cordelillo, en cuya charla le esperábamos, nos dice que no vino porque…pero que aquello ya es agua pasada, aunque estuvo muy cerca de conseguirlo. Se le agradece su presencia y colaboración en este acto que, por fin, ha asistido a una charla de Las Cosicas de Abanilla.

Pepe Santamónica, que vive en Aspe, no ha podido venir esta noche, pero él nos ha contado que vivía en La Canalosa y venía con su padre y con su tío, en un carro, a traer grano a moler. Pero se adelantaba en bicicleta, para avisarle a los del carro, por si estaba la Guardia Civil o los de la Fiscalía de Tasas. Molían por la noche y él se dormía donde almacenaban los sacos, en un montón de paja o de perfollas del panizo. Se bañaba en el río, porque por la Canalosa (entre Novelda y Aspe), no había balsas ni agua cerca, para poder bañarse. El Chícamo era “su playa”.

La 40 repetida.- Durante las largas tardes de verano he estado charlando con Roque, mi vecino, suegro de Juan Esteban, el panadero del horno de la calle de La Reina, que no ha podido estar esta noche aquí, porque no se encuentra bien y tiene mareos. Me ha contado que cuando era joven trabajó en el molino del Chícamo, que lo tenía arrendado Benito Marco Valero. Cuenta que el trabajo era pesado, como todos los de aquella época, al menos para los que no sabían otra cosa más que trabajar de peones, pues había que bajar y subir los sacos de grano y de la molienda a las espaldas, por las escaleras que todavía están (de cinco o seis escalones), que pesaban entre 50 y 60 kilos, y algunos de hasta casi los 100 Kgs. Trabajar en el molino tenía la ventaja que no te pegaba el sol, como cuando se trabajaba en el campo, de sol a sol; y en el invierno no se pasaba frío, ni se estaba expuesto al aire y a la lluvia. Otra de las ventajas del molino era que se comía bien, dentro de lo que había en esa época, mucho mejor que en algunas casas del campo en las que anteriormente había trabajado. La comida era abundante, con carne de animales de corral que allí mismo se criaban: pollos, gallinas, conejos, patos…; y los huevos frescos, casi recién puestos, de los que ahora llaman “ecológicos”. Y el pan pa qué decir, buenísimo y natural. La leche de cabra y el queso casero tampoco faltaban, así como las verduras criadas en los bancales que el molino tenía, con algunos árboles frutales, que agua no les faltaba. Y aunque la paga no era mucha, se ganaba más que trabajando en el campo, de mulero, labrando con las bestias o cavando viñas.

Lo que más miedo le daba era cuando bajaba el río, que se llenaban de broza y matas los rodeznos, que para limpiarlos había que meterse por donde sale el agua, agachado, para sacar la porquería y el fango que se acumulaba, para que se pudiera poner en marcha y funcionar; y como no tenían botas de goma, de esas que se llamaban Katiuskas, pues entraban con las albarcas y más de una vez se les enrollaba alguna culebra que allí se refugiaba de la riá. La tía María Valero, abuela de Benito Marco y de su primo Juan Antonio López, guisaba muy bien, como las mujeres de aquella época; y con buen material la comida era exquisita.

Fotos de la inauguración

ACUARELA DEL PINTOR FULGENCIO SAURA MIRA, DEL MOLINO del Chícamo.

Aquí se puede ver la acuarela regalada por el pintor Fulgencio Saura Mira a la Comunidad de Regantes de la Huerta de Abajo y Sahués, el día de la inauguración oficial de la restauración del molino, el 15/9/2015. Además, durante el acto, Jesús Jareño López, natural de Macisvenda recitó unos poemas dedicados al río y a sus vivencias de niñez en la zona. “

VÍDEO molino de Juan Martínez Blanes, en Mahoya:

EL MOLINO DE RICABACICA, propiedad de Pepe Torá (Chirrí).

Su padre le compró el molino a Isaac y a Jesús Salar Fernández, en el año 1960; los anteriores propietarios se lo compraron a “Los Simeones”, en la década de 1940; y la persona que les enseñó el manejo fue Antonio Salar, de Barinas, que estaba en dicho molino de molinero. Y dicen que era una persona experta en el manejo y arreglo de estos sistemas de molienda. Cuando venía bastante agua podía moler con las dos piedras a la vez. Actualmente sólo funciona una de las piedras, porque las otras tienen el rodezno estropeado, a falta de reparar [iii].

Al igual que el anterior vídeo del molino de Santa Ana, éste también pertenece al mismo trabajo recopilatorio de 1998 que realizó Fotos Nico, para la Asociación de Moros y Cristianos, que lleva por título: “El agua: origen de todo asentamiento humano”. El vídeo se proyectaba en los desaparecidos actos culturales para los escolares, a cargo de Pedro Luis Gaona, E. Marco y Reme Sebastián.

VÍDEO DEL MOLINO DE RICABACICA

Este molino se construyó en el año 1932 con la maquinaria más moderna que había. Los propietarios que lo construyeron eran “los Simeones”, familiares de Juan Fco. Gómez de Albacete (padre de la maestra doña Beatriz, etc., y abuelo de Neftalí, etc.).

Han ejercido de molineros: Juan Antonio Navarro Perea (del que ya hablaremos más adelante); el tío Antonio el Pavo, anteriormente citado, y alguno más que no hemos podido averiguar y que ustedes nos irán completando el tema en cuanto salgamos a la calle.

MOLINO EN RUINAS.

Carmen López Navarro, “La Molinera”, nos ha contado que el apodo de “La Molinera” le viene a su familia desde el año 1914, porque en uno de los molinos de Fortuna, llamado el molinico de la Cana, que es el más próximo a Fortuna, la molinera de dicho molino era Quica Navarro Maestre, tía de Eduarda (la madre de Carmen), que le enseñó el oficio de molinero a su abuelo Antón Juan Navarro Maestre y al hermano de su abuelo, Francisco Navarro Maestre, ya referido en el molino del Prao. El oficio fue pasando a otros miembros de su familia, como a Juan Antonio Navarro Perea, ya referido en el molino de Ricabacica. Su abuelo, Antón Juan, también estuvo de molinero en la Raja, en Jumilla. En el molino del Chícamo, cuando lo tuvo arrendado el tío de Carmen, Juan López Navarro (Juan el Tuerto) y Benito Marco Valero, el padre de Carmen trabajó allí, pero no como molinero sino en otras labores de mantenimiento y molienda. El molinero era…ya lo diremos más adelante.

Anécdota sobre el molino móvil e itinerante del TÍO ANTONIO EL PAVO: Este hombre vivía en el Tollé y como ya hemos referido, estuvo de molinero en el molino del Chícamo, en el de Ricabacica y el El Partidor. Pero nos han contado que en la década de 1940 tenía un molinico pequeño, de los llamados “de rampa”, que transportaba en un carro y lo ponía a la salida del agua de la fábrica de la luz, en la Umbría. Molía de noche, para evitar a los inspectores de la Fiscalía de Tasas. Y lo cambiaba de lugar, aguas abajo. ¡Cualquiera pillaba al pavo…y de noche!

VÍDEO: José Mª López Lozano y JUAN ANTONIO LÓPEZ MARCO,DE LA 7RM.

Comentario a este vídeo. – Según oímos comentar a Benito Marco, primo hermano de Juan Aº López, éste no fue molinero, en el sentido de ser el responsable del manejo del molino, sino que estuvo allí, con la abuela de ambos, ayudando en lo que hiciera falta, igual que él, que se llevan muy pocos años de edad. Y como buenos observadores y curiosos autodidactas en la mecánica, se conocían al dedillo todo lo que allí había y su funcionamiento.

También hay que añadir que por el molino del Chícamo han pasado casi todos los molineros del término municipal de Abanilla, ya referidos en el resto de molinos que hemos descrito, más algunos más cuyos nombres no han llegado hasta nosotros o se han esfumado de la memoria histórica local. En la década de 1940-1950, el molinero era Antón Juan Navarro Perea, abuelo de Carmen la Molinera y el tío Antonio El Pavo, del que ya hemos hablado.

Hay que reseñar, también, que el molino del Chícamo, según nos apunta Benito Marco, nunca tuvo luz eléctrica; y mucho menos procedente de la fábrica de la luz de la Umbría, dado que hubo cierto enconamiento entre los arrendadores del molino y el dueño de la mini central hidroeléctrica, porque cuando el molino molía con los dos sistemas de piedras a la vez, generalmente por las noches, el caudal aumentaba considerablemente, lo cual provocaba el desbordamiento de la acequia que iba a la central, con la consiguiente rotura y desborde, además del “embalamiento” (pasarse de revoluciones), de la turbina y el generador. Y es que los del molino se olvidaban de volver un tablacho que había a la salida del agua del molino, avisándole al de la central eléctrica, para que tomara las debidas precauciones, dado que la turbina era de regulación manual, que no automática. En venganza por las averías que le causaba a la central estos casi continuos despistes, nunca les dio luz eléctrica, a pesar de que la línea pasaba muy cerca, por la carretera de Macisvenda, hacia Barbaroja y El Cantón. El alumbrado en el molino de hacía por medio de candiles de aceite, quinqués de petróleo y lámparas de carburo (acetileno), a las que le llamábamos “carburadores”. De hecho, en este molino no se han encontrado restos de material eléctrico y demás elementos de conducción y maniobra. Sirvan estos apuntes como fe de erratas a los textos del vídeo y a lo dicho por los comentarista del mismo, dado que en ningún momento, Juan Aº López, refiere que él haya sido molinero [iv].

Epílogo (SOBRE FOTO DEL CHÍCAMO)

Para más información busquen en internet “MOLINOS HIDRAÚLICOS EN LA CUENCA DE FORTUNA- ABANILLA (MURCIA)”. Existe un amplio trabajo de campo, que dirigió el profesor de Geografía de la UMU, José Mª Gómez Espín, con varios de sus alumnos y colaboradores, sobre los molinos de cubo en la cuenca del Chícamo y en Fortuna, que se ha publicado hace algunos años en nuestro programa de fiestas y está accesible por Internet. En él se dan todas las referencias geográficas y técnicas sobre los mismos. [ENLACE DE DESCARGA 1] [ENLACE DE DESCARGA 2]

SEGUNDA PARTE:

Aquí acaba la 1ª parte que titulamos en el 2011 “Un viaje por el Chícamo”. Ahora pasamos a la 2ª parte: “Más sobre el río Chícamo” y arrancamos desde el molino de Santa Ana, en su curso bajo.

PUENTE VIEJO DE LA CARRETERA A SANTOMERA.

Llegamos al badén, y desde allí vamos a seguir el curso natural del río.

BENDICIÓN Y PUESTA EN SERVICIO DEL PUENTE DEL BADÉN, feb 1961.

En la foto podemos ver a: Ángel y Eugenio de monaguillos, a don Emilio Riquelme Sánchez, a los sacerdotes, que eran el párroco Don Antonio Pérez Madrid y el coadjutor don Donato Torrecillas Sáez. Y detrás a la plana mayor de la época: Bartolomé Ramírez (el de la Caja de Ahorros), el alcalde Don Pedro Rivera, el Gobernador Civil, Don José María Alfín Delgado, y el abogado Pepe el de Cándido.

Comentarios del Badén: Los atascos de carros y camiones a su paso, cuando las riadas lo destrozaban, que para sacarlos tenían que auxiliarse de caballerías y de un par de vacas que tenía uno que vivía en El Olivar, Benito Caraca. La Exclusiva (coche de línea de Abanilla a Murcia), que cuando había riá, tenía que rodear por Orihuela; y cuando se inundaba El Palmeral y el Escorratel, se interrumpía el servicio y nos quedábamos incomunicados.

 

La presa de desvío del Chícamo al pantano de Santomera, en El Paúl.

La presa de desvío del Chícamo al pantano de Santomera, en El Paúl se hizo en la 2ª mitad de la década de 1960 y dio bastante trabajo a los abanilleros y otras personas que vinieron de fuera, con la empresa Tierras y Hormigones S.A. Algunas fami­lias del personal que vino de fuera se quedaron a vivir en Abanilla: Los Cidoncha; José el Andalú, suegro de Gumersinda la de José El Zapatero; Santiago Carracedo, padre de Delfina y Teresa; Santiago Moldón, padre de la concejala Mari Cruz; y el suegro de Antonio Cutillas Narros (Los Fideles). Esta obra se realizó con carácter de urgencia, por las continuas manifestaciones que, desde la década de 1950, protagonizaron las gentes de la Vega Baja, ante los desastres que ocasiona­ban las inundaciones causadas por la confluencia del Guadalentín, la rambla de San­to­mera y El Chícamo. De lo que llovía torrencialmente en aquellos años llegó a ha­cer­se navegable el río Segura, en varias ocasiones, desde Guardamar hasta Orihuela. Y la Infantería de Marina de Cartagena acudía a rescatar al personal.

LAS ANGUILAS.

Ángel Esteve refiere sus anécdotas de los viajes en bicicleta a Las Anguilas, a un cortijo y tierras que su abuelo Gabriel tenía allí. Bajó desde Abanilla con una docena de huevos, en una bolsa amarrada al portaequipajes de la bicicleta. La carretera era de piedra, que no de asfalto, por lo que a los salticos los huevos se fueron rompiendo y chorreando, por lo que solamente llegaron dos sin romperse, los suyos, en el sillín.

LA MINA DE LA FUENTE DE LA MARQUESA DE BENFERRI.

LA MINA DE LA FUENTE DE LA MARQUESA DE BENFERRI es del s. XVIII, para encauzar las aguas hacia las propiedades de esta gente en Benferri y aledaños, financiada por ellos. Discurre por la margen izquierda, desde Las Anguilas hasta la confluencia con el término de Benferri (casa de Francisco Tristán). Según nos cuenta

Pedro Urbano, el de Los Ramiros, ha oído referir a gentes mayores que él, que limpiando la entrada de esta mina de fango y lodos que se acumulaban, encontraron una “anguila” grande, de dos kilos por lo menos; y se la comieron allí mismo.

DONDE SE HUNDIÓ EL CAMIÓN.

Paco el de Los Ramiros, nos cuenta cómo se les hundió un camión, en uno de los pozos de registro de la citada mina de La Marquesa, cerca de donde tenían su molino de arena, en Mafraque.

PARETÓN:

El paretón es el muro protector de la acequia, más adelante de la salida de la mina de la marquesa, cuando ya discurre a cielo abierto, por la margen izquierda.

LAS BOQUERAS YUXTAPUESTAS DE BENFERRI.

Con este sistema se conseguía regar las tierras colindantes de ambas márgenes del Chícamo, en Benferri y La Matanza, aprovechando las aguas de las avenidas, laminando en lo posible la corriente del agua circulante. La huerta de Benferri es una isla, porque el río se divide en dos brazos.

El clásico sistema de aviso a los regantes, era con una caracola. En cierta ocasión, cuentan los del lugar que estaban celebrando un concierto musical, en las fiestas, y oyeron tocar la caracola; y el personal se dispersó en busca del legón, para ir a regar sus bancales. Se suspendió el concierto musical y se aplazó para otro día. También cuentan, que, si oían la caracola, estando en misa, dejaban la misa y se iban a regar. La misa podía esperar, pero el agua no.

VÍDEO DE JUAN ANT. RAMÍREZ: LAS OLIVERAS MILENARIAS

EL VÍDEO que veremos ahora, lo emitió la 7 Región de Murcia en su programa “Diario del campo”. En él Juan Antonio Ramírez habla del Olivar.

OLIVERA MILENARIA DE SECANO EN EL SALAO.

La imagen que estamos viendo, es “El olivo grande de ”El Salao”. Cons­­ta en el díptico promocional de “El Olivar de Abanilla” que es un olivo milenario que “tiene un tronco de más de 8 m de perímetro. Es el más gran­de de la Región de Murcia y, probablemente, de los mayores ejemplares de toda Europa”.

Los olivares de la cuenca del Chícamo, unos son de origen romano y la mayoría de los árabes; la cuadrícula de los romanos, de una olivera a otra, era de 12 metros aprox. y los árabes lo hacían a 10 metros. En el s. XIX, el olivar de secano en Abanilla casi igualaba al de regadío, aunque por la pertinaz sequía, actualmente, es al revés. Hace casi dos siglos, había más olivar de secano que de regadío. Las estadísticas a nivel nacional lo confirman: en los olivares de toda España, solamente el 16% son de regadío y el resto de secano. Actualmente, en Abanilla, dado que no llueve, la gran mayoría de los de secano se han secado y los que quedan son de regadío.

EL PAREDÓN DE BENFERRI.

El Paredón de Benferri se ha ido reconstruyendo a través del tiempo. Su estado actual, a cal y canto, es del s. 18, aunque anteriormente existió, con materiales más rudimentarios. Esta obra recogía las aguas y las desviaba para regar las tierras de poniente de la sierra de Callosa, Redován, Cox y la Campaneta. En mil seiscientos y pico, una riá destruyó todas las casas de Benferri, por lo que hubo que reedificarlas de nuevo, en su emplazamiento actual, construyendo un muro de protección en la margen izquierda, tal como está hoy día.

LA RIÁ DE 1947.

La riá de 1947 destruyó la mitad del cementerio de Benferri, que está junto al Paredón. Actualmente se ha vuelto a edificar y hay una placa que recuerda es­­ta efeméride. Los ataúdes llegaron hasta el Escorratel, en Orihuela, y tardó casi un mes en poder accederse para recuperarlos. Esto fue a otro año de erigirse el monu­men­to al Corazón de Jesús en Abanilla y artos de hacer rogativas para acabar con la per­tinaz sequía, vino la gota fría, que los de Benferri le echaron la culpa “al sángano” que habían puesto en Abanilla en 1946. Así es cómo apodaron al Corazón de Jesús:

Aguas abajo del Paredón de Benferri, a este paraje le llaman La Hortichuela, que es el cauce natural del Chícamo, que por el Palmeral y El Escorratel de Orihuela, desemboca en El Segura, por su margen izquierda. Hasta ahí llega el Río Chícamo que tiene un recorrido de unos 35 kilómetros, desde el nacimiento; y desde la sierra del Reclot, en Pinoso-La Algueña, cerca de los 50 Km.

 LA RIÁ DE 1987.

Otra riá en Benferri ocurrió en 1987. Ésta fue a causa de una gota fría que cayó del Paúl hacia Orihuela, por lo que las aguas no pudieron ser recogidas por la presa de desvío del Paúl. Ocasionó inundaciones no previstas a partir de Benferri. Fue un hecho aislado que, de momento, no se ha vuelto a repetir.

Su autoría no se la pudieron endosar en esta ocasión, según ellos, al “Sangano”.

EL AZARBE DE FAVANELLA.

EL Azarbe de Favanella ya consta como tal en un mapa de 1703, que se conserva en el Ayuntamiento de Elche. En este mapa, con la letra “O”, se reseñan los azarbes del Mayayo y de Favanella. El azarbe de Favanella recoge las aguas de es­co­rrentía del Chícamo, a su desembocadura en el Segura las aguas de cola de las arrobas y los brazales de la margen derecha de la acequia principal de Callosa-Catral, conduciéndolas a los almarjales que el cardenal Belluga desecó, prolongando y profundizando estos azarbes, para crear las Pías Fundaciones de San Felipe Neri, Do­lo­res y San Fulgencio- En la época de Las Pías Fundaciones, ya se le llamaba el azar­be de Abanilla, perdiendo su anterior denominación medieval de Favanella. Este azar­be pudiera ser de origen musulmán, de los siglos XII-XIII, del que se desconoce su nombre, de momento.

FOTO FIJA DEL RÍO

Mª Ángeles Celdrán nos va a recitar unos versos del poeta Francisco Sánchez Bautista dedicados a nuestro Chícamo, de su poema “Viaje a las tierras de sol y angustia de Fortuna y Abanilla”, que escribió en 2004. Aquí les mostramos una pequeña selección de versos de dicho poema.

FRANCISCO SÁNCHEZ BAUTISTA SOBRE EL CHÍCAMO

El poema es más largo. Lo que han escuchado en un resumen realizado por Eugenio. Está completo publicado en: la revista cultural Musá Ben Nusayr nº 6; La Voz de Fortuna nº 30; y en nuestro programa de fiestas de la Santa Cruz del año 2016.

ACUNA

José Luis Sánchez Esteve, (Pepe Luis) presidente de la Asociación Cultural ACUNA, (Asociación para la Cultura y la Naturaleza de Abanilla) presenta a esta entidad sin ánimo de lucro, e invita a todos los que voluntariamente quieran a asociarse.

“Mi libro”

El Río Chícamo ya es más conocido y ha sido posible gracias a esta publicación editada en 2014: “Los riegos medievales y su evolución histórica en el Bajo Segura”, de varios autores, entre los que se encuentra Eugenio. ¿Cómo fue esto, Eugenio?

Congreso Internacional de Valencia.

Esta fue mi intervención en el primer congreso internacional de riegos celebrado en Valencia, en septiembre de 2014, que lleva por título: “Redes de regadío urbanas y rurales del Bajo Segura en época andalusí. Los casos del Segura y El Chícamo”. Por tanto, podemos decir que nuestro río, El Chícamo, ya es conocido a nivel internacional.

El libro está agotado, pero hay ejemplares en la Biblioteca Municipal de Abanilla y Fortuna, Universidades de la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana, así como en los Institutos Técnicos de Formación Profesional Agraria


Esta segunda parte de El Chícamo, con recordatorio de la primera parte, queda incompleta, a falta de que Adrián Ruiz Rocamora (El Palomo), cuando sus es­tudios y ocupaciones se lo permitan, nos ilustre con una tercera parte, dedicada a la fauna y la flora del Chícamo y de otras partes de nuestro entorno. Llevamos tiem­po detrás de él. Nos han dicho que con el material que tiene acumulado, de su propia cosecha, gran parte de él todavía inédito, habrá para dos o tres sesiones… o más.

Intervención del teniente alcalde José Antonio Rocamora.

Tenía preparado un discurso, pero como la organización se ha comprometido a que este acto no dure más de una hora y media y ya vamos pasados. Además, creo que todo lo importante sobre el río Chícamo ya se ha dicho, pues con la venia de la presidencia voy a pasar directamente al apartado de ruegos y agradecimientos.

En primer lugar, agradecer a este equipo capitaneado por Ángel Esteve, Eugenio y Manolo, quienes años tras año nos presentan y nos acercan de una manera muy especial a Las Cosicas de Abanilla, en este caso al río Chícamo, dándonos la ocasión de poder presumir de estas cosas que hacen de Abanilla un pueblo singular.

Tratándose, en esta edición, de un tema de cultura y naturaleza, no podía faltar la asociación ACUNA.  Gracias también por vuestro compromiso y actuación en esta y en otras tantas actividades con las que animáis la vida cultural y medioambiental de nuestro pueblo.

También me gustaría reconocer y agradecer la gran labor que desde la C.R. de la Huerta de Abajo y Sahués se viene realizando en la recuperación y conservación del patrimonio histórico y cultural, que se concreta en la rehabilitación y conservación del antiguo molino y la casa del molinero en el Chícamo. Sé el gran esfuerzo que ha supuesto para ellos este gran proyecto.

Cuando hablamos del río Chícamo, de su promoción y conservación no quiero olvidarme de dos personas: María Ángeles y Juan Antonio, técnicos de Turismo y de Medioambiente, quienes día a día se esfuerzan con gran profesionalidad por la puesta en valor de este recurso natural, turístico y económico.

En sus visitas guiadas hemos podido comprobar como dan muestra de todo ello y de la ilusión y orgullo con el que explican y dan a conocer las cosicas del Chícamo y su entorno

Para finalizar, un ruego, sigamos en esta línea de dar a conocer nuestras cosicas. Estarán conmigo que cuando algo es conocido se valora y esto nos lleva a respetarlo mucho más.

En el caso de nuestro río, desde el Ayuntamiento vamos a continuar haciendo todo lo que esté en nuestras manos y dentro de nuestras posibilidades, para seguir poniendo en valor un recurso que creemos esencial para el desarrollo turístico y económico de la zona norte del municipio.

Y siempre con la máxima que he apuntado anteriormente: conocer, valorar y respetar.

Buenas noches y muchas gracias.

REPARTO

DESPEDIDA Y CIERRE:

Solicitamos la presencia en el escenario de Fran Tovar (Cuarterones),

Mª Ángeles Celdrán, Fotos Nico e Isidoro Lajara, E. Marco y Manolo MP

GRACIAS por asistir a una sesión más de “Las Cosicas de Abanilla”

Los Currantes: Ángel Esteve, E. Marco y Manolo MP

Y hemos tenido como Colaboradores a :

Fran Tovar, Mª Ángeles Celdrán,
Fotos Nico e Isidoro Lajara

Gracias a todas las personas que nos han aportado información, datos y fotos.

Muchas gracias por vuestra asistencia y hasta la próxima.

Documentación de E. Marco, con la colaboración “guionada” de Ángel Esteve.

En el apartado técnico Manolo MP.

Abanilla agosto/septiembre 2107

para “Las Cosicas de Abanilla”

  1. [i] Estos datos son los facilitados por la CHS, el organismo de cuenca al que pertenece el río-rambla El Chícamo
  2. [ii] ANGEL cuenta una anécdota de cuando en este azud del Paúl iban a bañarse él, su padre y Pedro Rubira (el de Crispín), en bicicleta y volvían al pueblo en plena siesta. Pusieron en un cortijo que había al lado, que era del Tío Sacramentos, el siguiente letrero: ESTE-RUBI
  3. [iii] Cuando fue propiedad de Isaac y Jesús Salar Fernández, estos le acoplaron una dinamo de un coche a las poleas de las zarandas, que con dos focos de coche iluminaban la sala de molienda, ahorrándose el empleo, en parte, de alumbrarse con candiles, quinqués o lámparas de carburo. La corriente eléctrica de la red llegó años después a Ricabacica, pues en Mahoya se instaló en 1951.
  4. [iv] Juan El Tuerto, padre de Juan Aº, montó un molino accionado por motores eléctricos en Barinas, en la década de 1950, en el paraje de Los Corrales, poniendo a su hijo Pepe como gerente, pero él no era el molinero, sino otro a sueldo. Aquello tuvo una efímera trayectoria industrial, por motivos que no vienen al caso referenciar. La maquinaria de aquel molino barinero se desmontó y, según dicen, la compró en tío José Mira, que la instaló en La Placeta, frente a la iglesia de san José, actualmente el Banco Mare Nostrun (Cajamurcia). Cuando este molino se desmontó, Juan Aº López adquirió la maquinaria y la tuvo mucho tiempo, pensando él montarla para su recreo, que no en plan industrial. Y cuando su hijo César instaló el restaurante Los Capachos se la vendió a uno de La Matanza, porque no sabía ni tenía sitio para almacenarla, que pensaba ponerla a funcionar para hacer harinas ecológicas. No llegó a montarla y, ahora, esas piedras dicen que son las que hay como volanderas en el molino del Chícamo, que son algo más pequeñas de diámetro que las fijas.

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