En el día de hoy, 27 de diciembre, un grupo de unos cuarenta vecinos de la Murada y Abanilla, pertenecientes y simpatizantes de la Plataforma Vertivega, realizaron una excursión por la zona de la Peña Roja y a continuación, a la Rambla del Derramador, que está justo al lado donde se encuentra ubicado el vertedero de Proambiente. Hay que decir y dejar bien claro, que en todo momento dicha excursión ha transitado por terrenos de viales públicos y terrenos privados de los mismos integrantes de la excursión, por lo que en ningún momento se ha entrado en propiedades particulares de nadie ajeno. Digo esto porque en otras ocasiones en que también se discurría por terrenos de vecinos participantes en dichas excursiones o familiares suyos, se ha llamado a la policía municipal y han requerido que los integrantes de estas excursiones mostraran su DNI. En este ocasión no ocurrió nada de esto, porque lo habría escrito aquí, aunque con la nueva ley del PP de «in-seguridad ciudadana» o «ley mordaza», no se les podría haber echado fotos a los agentes.
A pesar de que según los organizadores, fue invitado a participar el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Abanilla, Elías Pacheco Alvarado, éste no asistió. En cambio sí que estuvo presente entre los participantes el concejal del PSOE, José Antonio Ramírez Martínez.
La «quedada» había sido a las 9:30 en la gasolinera del Polígono de Abanilla y en la Oficina de Turismo de la Murada. Pero en la primera, a esa hora no había nadie que estuviera allí para ir a la excursión, lo cual en un principio podría dar idea de la preocupación y miedo (conceptos que el uno y el otro según parece son inversamente proporcionales: a más miedo menos preocupación y a menos miedo más preocupación) que hay entre la población de Abanilla. Y en la segunda unas seis personas, que fueron juntas a otro lugar, al que se entraba por el acceso a la pedanía de Los Carrillos. Tras unos cuantos metros de subida, estaba ya la puerta del vertedero y unas curvas más allá, ya esperaban unas cuatro vecinas de Abanilla que habían ido allí directamente.
Tras dejar los coches mejor guardados que en la carretera, empezó la subida a la peña roja, donde el joven Adrián Ruiz Rocamora estuvo explicando la importancia del lugar y de la sierra, así como la importancia que tiene a nivel europeo. Algo que si bien aquí para nosotros es algo de lo más normal y por eso no lo valoramos, sin embargo sí lo es a nivel europeo, porque hay muy pocos sitios que reúnan estas características. Una de las cuales es la presencia de yesos en la formación de la sierra, los cuales la mayoría se los ha cargado ya la mera existencia del vertedero en dicho lugar. Posteriormente habló sobre la diversidad de flora y principalmente fauna ornitológica del lugar. La importancia de los búhos y sus hábitos alimenticios, así como de los gorriones y cigüeñas.
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Una vez conocida un poco de la importancia del lugar, la segunda parte de la excursión, consistió en conocer el asunto del vertedero un poco más si cabe (porque esto abarca tanto que cabe todo lo que se quiera y más aún).
El lugar escogido en esta ocasión para investigar, era el cercano a la balsa de los lixiviados, los líquidos que como ya a estas alturas todos deberíamos saber, salen cuando la basura entra en proceso de descomposición. Esta balsa, explicó Vicente Pérez Basanta, que se ha construido hace un año (es decir, antes no había balsa ni nada ¿dónde iban los lixiviados? misterio), y cuya función en un principio era la de recoger los lixiviados de una veintena de pozos que mediante tuberías, irían a parar a esta balsa. Hasta hace bien poco, dicha balsa estaba descubierta y al aire libre, lo cual suponía un grave peligro en caso de lluvias torrenciales, porque se podía desbordar e inundar todos las carreteras y campos cercanos con plantaciones, con lo que todo ello supone de peligro para la agricultura de la zona. En agosto de 2014 Vertivega denunció esta balsa ante la CHS, porque estaba justo en el camino de la rambla natural, e indicó que debía de eliminarse para dejar el camino libre a la rambla. También se les indicó que debían de regularizar dicha balsa tapándola, pues las emanaciones de metano eran insoportables y mareantes. Desde hace escasos meses ya se encuentra tapada, gracias a la gestión y el trabajo de un abanillero de adopción con su empresa, el cual no desea presumir de ello.
Sin embargo, aparte de dicha novedad, la verdadera sorpresa fue ver que unos metros más arriba de dicha balsa, rambla arriba, se encontraba un dique realizado un poco rústicamente, el cual contenía miles de litros de lixiviados. Dique que como se observa en la imagen, está filtrando dichos líquidos que intenta retener, por lo que no parece ser nada seguro.
Como se puede observar en esta otra imagen, detrás del dique, hay cientos o miles de litros de líquidos, presuntamente lixiviados, que se supone que caen del vaso número 3 del vertedero, que está justo encima. El problema es que esto está en plena rambla natural, y que si llegara una lluvia torrencial o gota fría, muy posiblemente se desbordaría e iría a parar junto a la balsa que está tapada. ¿Resistiría la balsa la embestida?.
El pueblo de Abanilla tiene un gran problema con este vertedero, y parece que muy pocas personas lo quieren ver ni oler, porque esto sería como ir contra el poder establecido. Poder representado en un alcalde y un gobierno municipal del PP, que no hacen nada, o hacen bien poco por solucionarlo, cuando fueron ellos quienes nos crearon el problema. La peregrina excusa de que todo esto depende de la Consejería de Presidencia y la Dirección General de Medio Ambiente es ya muy conocida y muy manida. Y desde luego sirve muy bien de parapeto para escudarse en que no se puede hacer nada. Pero no es así. El alcalde de Orihuela ya demostró que sí se puede cerrar la puerta y paralizar la actividad de la empresa, por actividad perniciosa. También se ha conseguido que los 27 municipios del Consorcio de la recogida de basuras de Alicante no destinen a este vertedero sus residuos. Y ya sólo quedan los municipios de la Región de Murcia. ¿Pero cuántos años ha costado para echar para atrás todo este imperio? ¿cuántos años de barbarie medio ambiental hemos estado aguantando en Abanilla? ¿Y cuántos años, esfuerzo y dinero costará restaurar la zona y recuperarla para que no queden lixiviados sueltos yendo a sus anchas bajo tierra, ni residuos enterrados bajo las fincas de los vecinos?.
Son muchos los desmanes que se han cometido y a la vista están, porque la evidencia sale de la propia tierra. ¿Culpables?. ¿Responsables?. ¿Seguimos mirando para otro sitio a ver si aquí no nos da el sol?. Hoy por hoy el objetivo es la restauración y recuperación de la zona. Pero hecha de forma seria, no un teatro, una pantomima como parece que se está haciendo. Un pasito para adelante y otro para atrás. Es difícil y costoso deshacer tanto daño cometido en los años de la alegría y de los sobres dados bajo la mesa. Mucho dinero que ha fomentado mucha corrupción y que ha salido de las arcas municipales de muchos Ayuntamientos de la Vega Baja, a cuenta de llenarnos de basura el subsuelo a los vecinos de Abanilla y de La Murada. Se ha hablado mucho de la corrupción política, que no está mal hablar de ello porque es algo muy deleznable. Pero estas tierras son las que se han chupado la mierda y han permitido que unos pocos se llenaran los bolsillos de billetes.
Y mientras tanto en Abanilla nadie sabe nada. Aquí la cosa parece que va con otros. ¿Realmente alguien se puede creer que mientras en Alicante y Orihuela había tanta corrupción política, en Abanilla, que era donde se metía toda la mierda bajo la alfombra, nadie supiera nada?. ¿Cuánta mierda, real y metafórica, hay en este pueblo?. ¿Será por eso que el alcalde Fernando Molina pretende seguir presentándose? ¿para seguir tapando aún más la mierda?.
Los cambios nunca pueden ser reales ni creíbles si han de venir de la mano de quien ha hecho mal las cosas. Por eso no es creíble de ningún modo que este señor ni este partido puedan ayudar a arreglar la situación de Abanilla. No sólo económica, que es un verdadero infierno, un desastre que nadie quiere ver ni creer, sino tampoco ecológica. Y a la vista están los devastadores efectos de la permisividad, del laissez faire, del mirar para otro sitio y del ande yo caliente y ríase la gente. Hace falta un cambio generacional y de personas, con un nuevo equipo de gobierno realmente implicado y preocupado por su pueblo, un nuevo empuje para que cambien las cosas, porque el proyecto caduco del PP ha fracasado estrepitosamente y se ha quedado obsoleto. ¿De verdad necesitamos otros cuatro años más para ver si terminan su proyecto?. Más no, gracias.