Por segundo año consecutivo, se realizó la marcha nocturna denominada «Claro de luna», consistente en hacer un paseo nocturno desde Abanilla hasta la pedanía de Mahoya, ida y vuelta. A pesar de no poder estar presentes dos de los tres iniciales organizadores del evento, todo salió perfectamente gracias a la previsión y colaboración que se hizo previamente tanto desde la Concejalía de Deportes como desde la Policía Local y Protección Civil. La salida, desde la Plaza de la Constitución, se realizó tal y como estaba previsto a las diez de la noche, tras la pertinente fotografía en grupo de los participantes y el disparo de un cohete por parte de Pirotecnia Torres, para avisar de la salida de la marcha. Empezaron la marcha en ese punto un total de 160 personas, a las que luego se fueron añadiendo algunas más por las calles adyacentes, siendo finalmente unas 190 personas las que participaron, a las que habría que sumar a los miembros de Protección Civil y Policía Local. En este sentido, fue un éxito teniendo en cuenta que el año anterior cuando se inició esta idea, participaron 157 personas y que este año posiblemente se le dio menos publicidad al no realizarse el aviso por la megafonía. Sin embargo mucha gente recordaba el evento del año anterior.
Tras salir del pueblo pasando por el lateral del cementerio, se cruzó la carretera que dirige al olivar y a la Cooperativa de aceite «Añoranza», posiblemente el tramo más complicado del camino por tener que subir una cuesta bastante pronunciada. El resto del camino discurrió por el tramo previsto por entre los caminos del olivar y sus centenarios árboles. Al llegar a Mahoya, los participantes pudieron descansar tomando unos trozos de melón y sandía, cortesía del Restaurante El Peque, colaborador del evento, así como también agua fresca para paliar el calor y cansancio del camino.
Hasta allí ya se llevaban siete kilómetros, y tan sólo quedaban unos dos y medio para volver de nuevo a Abanilla volviendo un poco sobre los pasos y saliendo por el puente viejo sobre el río Chícamo y de allí ya subir la cuesta del Atajo para poner fin al recorrido en la entrada de la Ermita.
Decir que la labor de los miembros de Protección Civil fue digna de elogio, estando junto a los participantes en todo momento haciendo el camino con ellos con sus pivotes luminosos, ayudando en todo lo necesario y estando ubicados en los puntos de curvas del camino, para que nadie se equivocase y se fuera por donde no correspondía, así como para intentar evitar posibles accidentes. Curvas que estaban convenientemente señaladas con flechas en el suelo realizadas con yeso, para que de noche pudieran ser mejor percibidas por los viandantes. También fue destacable la labor de los miembros del cuerpo de la Policía Local, interrumpiendo el tráfico rodado en los puntos clave donde había que atravesar las carreteras, como la bajada de la cuesta del cementerio, la carretera del olivar, así como la entrada a Mahoya y la redonda del Atajo.
En la siguiente dirección se pueden ver algunas fotos realizadas. Si alguien tiene más fotos y quiere que se añadan a las existentes, puede hacerlo enviándolas a este correo: abanilladigital@gmail.com Muchas gracias.