Quiero expresar el agradecimiento que los abanilleros interesados en la verdadera historia de nuestro terruño debemos a don Juan Torres Fontes, sin necesidad de hacer ningún panegírico al respecto. Gracias a sus investigaciones tenemos el libro El Señorío de Abanilla, que para algunos forma parte de nuestra biblioteca de cabecera.
Pero he de reseñar algo que hiere la vista y es que Abanilla le dedicó una calle hace pocos años y en sus placas figura su cara y el escudo anacrónico e ´irreal´ que el Ayuntamiento utiliza desde 1998, con el informe negativo de la Real Academia Alfonso X El Sabio, siendo don Juan su presidente.
Ahora que ya está en el Más Allá, el mejor homenaje que Abanilla le puede tributar no es el de mandarle flores, sino el de corregir este flagrante anacronismo que constituye un insulto a su inteligencia. Y parodiando a Quevedo añado que «ponerlo junto a su cara es hasta delito».
Carta publicada en el diario La Opinión de Murcia el sábado 22 de junio de 2013
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