LA REALES ACADEMIAS Y LA GUINDA DEL PASTEL

Sobre la corrección y reforma de los símbolos heráldicos municipales, tenemos que tener todos muy claro que el informe de las Reales Academias, según la normativa vigente, es preceptivo pero no vinculante. Por lo tanto, lo que hay hecho, está aprobado legalmente; y para su aprobación no es necesaria la unanimidad, sino la mayoría simple.

En segundo lugar, y en el orden histórico cultural, no podemos obviar que si las Reales Academias emiten un informe negativo, es porque observan que existe alguna anomalía de tipo histórico cultural que chirría demasiado, o que interfiere en el orden del buen criterio de no interferir al vecino, que puede corregirse sin desvirtuar su función, y la de no apreciarse indebidamente nada que documentalmente no corresponda al ADN de nuestra genealogía.

En tercer lugar, el hecho de que al formarse la comisión y no aportar el Partido Popular a ninguna persona para que forme parte de ella, se puede interpretar como una señal de aviso, de que ahora por mayoría simple y con los informes que pueden ser favorables de la Real Academia, se acuerde quitar los que hay y poner otros, por muy documentada que esté su procedencia y su diseño, incluso si fueran ratificados en un supuesto plebiscito, quedándose a la espera de que en un futuro puedan tener ellos mayoría absoluta y proceder legalmente a eliminarlos y sustituirlos por otros o por los que había. Y seguiría siendo todo legal. Y con este legal proceder de que el que llegue al poder pueda hacerlo, quedando los consejos dados por las Reales Academias en papel mojado y meado, como invitados de piedra que parece que son en estos procesos, no es ni saludable ni conveniente para la ciudadanía, y el modus operandi de “a la vuelta te espero, que lo venden tinto y rosado, compañero de pleno”.

Para rematar la faena, por ser toda esta cuestión inherente a las Reales Academias, algo que no está al alcance de cualquiera que no tenga un mínimo de conocimientos históricos y documentales, lo cual no debe ser interpretado como ignorancia ni capacidad de entendimiento, y porque el vulgo solamente se fija de estas parafernalias representativas en lo bonico y en lo ostentoso que resulta (y los símbolos actuales lo tienen en demasía), que no le vengan con cuentos y leyendas de caballería los eruditos diplomados, aficionados, oficiosos o de fin de semana, que ellos tienen cosas más importantes en qué pensar y entretenerse, aunque sea de intrascendentales cuestiones espurias, como pueden ser el fútbol o los toros. Así es que si el pueblo llano y sencillo no está preparado para admitir y tratar de entender, aunque sea un mínimo de lo que esto representa, sería conveniente que los políticos afectos consideraran la conveniencia o no, de seguir con el intento. Y como esto es una cuestión parafernálica, no cabe esperar ninguna movilización al respecto, sino lo más, expresar opiniones espurias, algunas de ellas de encapuchados bajo nicks o pseudónimos.

La realidad suele superar, y con creces en algunos casos, a la ficción. En la época cuando aquí se interpuso el contencioso administrativo, en la Ciudad Condal, también interpusieron otro contra su escudo, por cierto anacronismo del que hasta entonces no se habían percatado. Y aun llevando el informe favorable de su Real Academia, el escudo sigue siendo el mismo, por las mismas razones y leyes que el de aquí. Del País Valenciano tengo una noticia de prensa, que dice que la Consejería de Interior lleva mucho papel y tinta gastada, en enviar circulares a todos los Ayuntamientos de su jurisdicción, para que procedan a rectificar los anacronismos observados en sus símbolos heráldicos municipales. Unos ayuntamientos sí han acudido a la Real Academia valenciana para tratar de corregirlos -cuyos servicios son gratuitos-, pero otros se han limpiado con ellos el agujero por donde la columna vertebral pierde su casto nombre, o bien los han metido en la máquina del reciclaje. Lo cierto y verdad, es que las Reales Academias -incluida la de la Lengua-, se han quedado como la guinda que adorna el pastel cultural de España a nivel institucional pues, que se sepa, la policía judicial no detiene ni interviene a ningún ayuntamiento por el uso indebido de las armas reales o cualquier otro tipo de pillaje banderil. Ni tampoco detienen a ningún español por hacer mal uso del idioma, aunque su profesión sea la de notarios, registradores, magistrados, secretarios, etc.., porque como se suele decir: hasta al mejor escribano se le escapa un borrón; y algunos españolitos suelen presumir de escribir mal y peor en foros, whatsapp y demás sistemas de las nuevas tecnologías. No conozco a ningún profesor de la enseñanza pública o privada, que le hayan tocado el sueldo por no escribir correctamente, todo lo más, su inmediato superior le ha llamado la atención muy amablemente, a nivel de compañero. Incluso en los Boletines Oficiales, hay errores gramaticales de cierto calibre, que dan fe de erratas si lo solicitas, y que solamente Evaristo Acevedo en la Codorniz, se dedicó a cazarlos y encerrarlos en su famosa y satírica “Cárcel de papel”.

Moraleja: El que tenga la capacidad para entender que entienda, y el que no, que siga con su zascandilería, que por esto ni encierran ni condenan a nadie ni a ninguno.

Y digo y expreso por escrito todo esto, porque trato de ser sincero conmigo mismo y no prestarme al juego de que los demás puedan seguir engañados. Que conste que ni ahora ni nunca he hablado “para Catedráticos”, aunque algunos así lo hayan interpretado, quizá con la mala enjundia de desprestigiarme, lo cual me honra. Soy consciente del por qué formo parte de “la Comisión”, para tratar de enderezar entuertos cual Quijote que cabalga de nuevo, no por Albacete ni otros lugares de Castilla la Mancha (Campo de Calatrava) sino por la Palestina “Marciana” donde al que se suele meter a redentor de causas impopulares, y de antemano perdidas, terminará crucificado por los “jodíos” y demás hipócritas y fariseos de Poncio “el pelotas”, que actuando desde las sombras, disfrazados de hombres buenos, tratan de soliviantar a las multitudes para lograr que sus presuntos y oscuros marrones les caigan a los más inocentes.

Nota: Según los apuntes tomados por José Tenza Lajara “Pepe CD”, de los libros de actas del Ayuntamiento, la adopción del escudo de las armas reales, no es “de toda la vida” sino que en ello pudo tener algo que ver el nombramiento como “hijos adoptivos predilectos de Abanilla” a los hermanos Joaquín e Isidoro de la Cierva, diputados a Cortes por el Partido Ciervista monárquico de Murcia, e ídem de ídem al General Primo de Rivera, padre del fundador de la Falange.

E. Marco

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