abanilladigital.com

Recientemente, UNDEF ha informado sobre la realización del «I Encuentro Nacional de Embajadas», que se llevará a cabo el domingo 24 de septiembre en la localidad de Ibi. Al ver el nombre, es fácil entender que técnicamente no es lo mismo un Encuentro Nacional de Embajadas que un Encuentro de Embajadores o un Simposio sobre Embajadas

En la Asamblea de UNDEF de fecha 28 de marzo de 1993, realizada en la ciudad de Alicante en el Palacio de Congresos (Avda. de Denia 26, Colegio de Médicos), se propuso la realización de un «I Encuentro de Embajadores de las Fiestas de Moros y Cristianos». Dicho evento se llevó a cabo en noviembre de 1993 en el hotel Eurotenis Montiboli de la ciudad de Villajoyosa, siendo su moderador D. Inocencio Arias Salgado.

Comparto un artículo que escribí con tal motivo hacia 1995 con tal motivo, recordando las conclusiones tras el II Congreso de UNDEF (1985) realizado en Ontiyent, y que he rescatado de mi archivo pues no se llegó a publicar.

El 18 de diciembre de 1994, y organizado por UNDEF, se llevó a cabo el «I Symposium sobre Embajadas de Moros y Cristianos» en la Casa de Cultura de Villena, siendo el II Simposium en febrero de 1996 en la ciudad de Elche.

PECULIARIDADES, TRADICIONES y ESPECTÁCULOS

Hace ya una década, en el II Congreso Nacional de la Fiesta de Moros y Cristianos celebrado en Onteniente, Antonio Azorín Juan, en su ponencia «TRADICIONES en el OLVIDO», dejó claro que estábamos asistiendo a un fenómeno que no por menos importante pasaba desapercibido, que es el de la dejadez y olvido de las tradiciones que fueron origen de la FIESTA, a cambio de dedicar más esfuerzo en buscar otros modelos que la sacan de sus orígenes. Seguía puntualizando que, el abandono de las auténticas tradiciones, que deben seguir siendo los pilares fundamentales de la FIESTA, va en detrimento propio y en el de sus valores más esenciales, ya que amparados en ciertos convencionalismos, algunos pretenden acomodar estas tradiciones a su antojo. Hacía constar, que en muchas poblaciones se asiste impasible desde hace tiempo, por parte de los órganos rectores de la FIESTA, que en definitiva son los que tienen en sus manos el futuro de nuestras tradiciones, a cambios de fechas, itinerarios, actos, costumbres y peculiaridades, que se van sustituyendo por otras innovaciones o degradaciones más acordes con los gustos contemporáneos, pero que en nada benefician.

Alfredo Rojas Navarro, en su ponencia «PRESENTE Y FUTURO DE LA FIESTA», en el I Congreso celebrado en Villena hace veinticinco años, decía que existen personas que se integran en la FIESTA, porque para ellos, «no es más que una especie de juerga, a la que tienen acceso por su condición de participantes».

El avance social y económico de los pueblos y comunidades, influye y trastoca las tradiciones, máxime cuando las instituciones que rigen sus destinos, lo hacen permisivo, no poniendo el celo necesario en su función de salvaguarda.

Nuestra FIESTA, por sus peculiaridades tradicionales, se encuadra en lo que se denomina variante andaluza, en la cual el Santo Patrón o imagen venerada, sale en romería o procesión portada por el bando Cristiano, y durante el recorrido o trayecto, tras un simulacro de batalla o escaramuza, es arrebatada por el bando Moro, que sigue portándola hasta la llegada al templo o ermita, donde tras otro simulacro de lucha o batalla, es definitivamente rescatada por los cristianos. Esto es lo que se hacía en la romería del 3 de mayo, hace apenas cuarenta años.

En algunas poblaciones existe cierto interés en recuperar y aproximar la FIESTA a sus elementos tradicionales, entendiéndose por tradicional todo aquello con más de un siglo de constatación, quitando anacronismos y petulancias que la desidia y la irresponsabilidad de cada época han permitido y desarrollado, en unos casos fruto de la ignorancia, y en otros de las circunstancias.

Las cosas son tal cual suceden, no como cada uno quisiéramos que fuesen, pero la responsabilidad de que no sean como debieran de ser, es tanto individual como colectiva, de los contemporáneos de cada momento. No hay que olvidar que una tontería no deja de serlo, aunque lo aprueben las mayorías.

Muchas veces el patriotismo, la devoción y la diversión se confunden o rayan fácilmente el gamberrismo. Sería saludable y conveniente que no se manipulasen las tradiciones, porque ellas constituyen a falta de documentos escritos, la memoria colectiva de los pueblos y uno de los mejores patrimonios que se transmiten consuetudinariamente de generación en generación.

Jovellanos ya en 1786, en su informe al Consejo de Castilla sobre «Diversiones y Espectáculos», observó respecto a las romerías, que la concurrencia y la publicidad, iba en detrimento de la devoción y en aumento del interés de sus juegos, que pudieran llamarse espectáculos.

E. Marco